La honestidad es uno de los pilares fundamentales que debe tener una firma legal para afrontar una situación en la que su imagen se ha visto dañada
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Cinco consejos para gestionar una crisis de reputación en un bufete de abogados
La reputación es la opinión que transmite una empresa sobre sus productos. En el caso de los despachos de abogados, cuando se habla de reputación se está hablando de la imagen que transmite la firma legal a sus clientes sobre los servicios que prestan los abogados del bufete.
Las razones que pueden conducir a un despacho a que la opinión de otras personas califique negativamente su profesionalidad pueden ser varias, como críticas de clientes, conductas de los empleados o rumores de terceras personas.
Sí el daño ya se ha producido, al despacho sólo le queda la opción de gestionar la crisis de manera profesional, reparar el daño e intentar volver a reponer su imagen. Algunos de los consejos que deben seguir las empresas de servicios legales para gestionar esta situación son los siguiente.
Poseer un plan de contingencia
Es esencial que los despachos tengan un plan de contingencia en el que se prevea la posibilidad de atravesar una crisis de imagen. Dicho protocolo debe recoger cómo se debe actuar, cuáles son las debilidades que posee la empresa y que han podido desencadenar esta situación. El objetivo es evitar perder tiempo de reacción y actuar rápidamente.
Detectar la causa de la crisis
Analiza cuales han sido las causas que han provocado que tu despacho haya tenido una crisis de reputación. En el supuesto de que haya sido por la actitud de uno de los abogados de la firma legal, toma las medidas necesarias y replantea si este tipo de profesionalidad es la que quieres que caracterice a tu bufete. Si el daño ha sido provocado por la insatisfacción de un cliente con los servicios legales que ha recibido, diseña estrategias para evitar que pueda volver a producirse esa situación.
Evaluar el impacto negativo
Es necesario determinar el impacto negativo que puede tener una crisis de reputación, de esta manera se pueden preparar mejor las estrategias para afrontarla y determinar cuál es la más apropiada de ejecutar. Sin embargo, para que esto funcione, la empresa debe tener un comité formado por miembros de diferentes áreas del despacho que se encarguen de estudiar adecuadamente la situación.
Reconocer el error
Ante una crisis de reputación la empresa debe abogar siempre por reconocer el error y ser transparente intentando no esconder el fallo. Del mismo modo, es importante dirigirse a sus empleados y clientes para explicar qué ha pasado, cómo lo han solucionado y qué medidas se van a tomar para evitar que vuelva a repetirse esa situación.
Una oportunidad de aprendizaje
Es evidente que ningún despacho desea sufrir una crisis reputacional pero la parte positiva de los errores es que se puede aprender de ellos para evitar volver a cometerlos en el futuro. Esta experiencia servirá para que replantear los servicios, mejorar los procesos productivos, fomentar la comunicación y salir reforzados de la situación.
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