Las nuevas medidas migratorias impulsadas por la Administración Trump generan incertidumbre entre atletas extranjeros que militan en franquicias estadounidenses
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Trump endurece restricciones migratorias y afecta a figuras deportivas latinoamericanas en EE.UU.
La reciente política migratoria anunciada por la Administración Trump, que restringe viajes y visados, ha dejado en fuera de juego a varios deportistas de Latinoamérica y África que trabajan en franquicias de Estados Unidos. Durante el mes de abril, el miedo a perder sus contratos o no poder regresar al país ha afectado la estabilidad de jugadores de fútbol, baloncesto y otras disciplinas.
Desde el 20 de enero, fecha en la que Donald Trump asumió su segundo mandato, la Casa Blanca ha reactivado políticas de restricción migratoria, revocando estatus legales y promoviendo deportaciones masivas. La situación se agravó tras una publicación de The New York Times en marzo que revelaba un borrador para vetar el ingreso de ciudadanos de hasta 43 países.
Entre las naciones afectadas destacan Cuba, Venezuela, Irán, Siria y Sudán, cuyos ciudadanos han visto amenazada su estabilidad migratoria y laboral.
Deportistas atrapados por las nuevas restricciones
Uno de los casos más alarmantes es el del jugador de baloncesto sudanés Khaman Maluach, de apenas 18 años, quien teme ser deportado tras el anuncio del secretario de Estado, Marco Rubio, de revocar las visas a los ciudadanos de Sudán del Sur debido a conflictos diplomáticos.
El temor también ha impactado al fútbol femenino. Varias jugadoras venezolanas y zambianas de la National Women's Soccer League (NWSL) optaron por no viajar para concentraciones con sus selecciones nacionales en abril, para evitar el riesgo de no poder regresar a EE.UU.
La venezolana Deyna Castellanos, ahora en el Portland Thorns, expresó: "La incertidumbre de poder ir a casa y no saber si podré volver es aterradora". Junto a ella, otras compatriotas como Bárbara Olivieri, Gabriela Angulo y Mariányela Jiménez también se quedaron en territorio estadounidense por "motivos migratorios", según informó la Federación Venezolana de Fútbol (FVF).
En el caso de Zambia, jugadoras como Barbra Banda, Grace Chanda y Racheal Kundananji también declinaron viajar con su selección a China por las mismas razones.
¿Realmente corren peligro?
Aunque la alarma ha sido generalizada, muchos deportistas de élite cuentan con la visa P, destinada específicamente a atletas reconocidos. Esta visa permite entrar, salir y permanecer en EE.UU. conforme a los términos de sus contratos deportivos, lo que otorga cierta protección migratoria frente a las nuevas restricciones.
Sin embargo, la incertidumbre persiste. En las Grandes Ligas de Béisbol, por ejemplo, 94 venezolanos, 26 cubanos y 2 haitianos forman parte del roster inicial de la temporada 2025. Muchos de ellos provienen de países incluidos en las listas de riesgo anunciadas por la Casa Blanca.
Aunque el visado específico brinda seguridad, la sombra de una posible deportación o complicaciones migratorias pesa sobre atletas que, hasta ahora, disfrutaban de cierta tranquilidad para ejercer su carrera en suelo estadounidense.
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