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Rublev se sincera tras caer ante Alcaraz: “Le regalé el segundo set”
Wimbledon volvió a ser el escenario de un duelo cargado de emociones, esta vez con Andrey Rublev como protagonista involuntario. El ruso, que arrancó el partido con energía y buen ritmo, terminó cediendo ante Carlos Alcaraz en un choque que dejó más frustración que consuelo. Y no porque no compitiera: lo hizo, y de tú a tú. Pero se le escurrió entre las manos. Literalmente.
Rublev empezó fuerte, restando con solidez y aprovechando una versión algo errática del murciano en los primeros juegos. Logró llevarse el primer set con mérito, aunque ya entonces Alcaraz dejaba señales de que estaba calibrando el duelo. Pero fue el segundo parcial el que marcó un punto de inflexión. “Ese set lo perdí yo solo, sin que Carlos hiciera gran cosa”, reconoció Rublev tras el encuentro, visiblemente molesto consigo mismo. Errores no forzados, dobles faltas y desconexiones puntuales le pasaron factura justo cuando parecía tener el control.
El dato que escuece especialmente es su pobre rendimiento en la red: solo ganó 10 de las 24 veces que subió (un 42%). En varias ocasiones tuvo la oportunidad de cerrar puntos claros, pero falló en momentos clave. "No recuerdo haber errado dos voleas tan fáciles en un mismo juego", confesó. Ahí se le escapó buena parte de sus opciones.
En el tercer set, la historia se repitió. Rublev tuvo opciones, pero una bola increíble de Alcaraz en un punto de quiebre terminó por minarle la moral. “Carlos lo entendió. Supo que ese era el momento de ir a por el partido y no lo dudó”, explicó el ruso. Mientras el español crecía, él se desinflaba, arrastrando el bajón mental del set anterior.
A pesar de la derrota, Rublev no se cerró en banda. Se mostró autocrítico, pero también con una nueva perspectiva. “Estoy aprendiendo a ser más amable conmigo mismo. Antes me castigaba mucho por cada fallo. Hoy, al menos, luché hasta el final sin decirme cosas negativas”, señaló. Un pequeño paso en su evolución mental, que él mismo considera clave para seguir compitiendo a este nivel.
El ruso también reflexionó sobre su rendimiento en general. “No sé qué pasó esta semana, pero he vuelto a sentir que puedo jugar a este nivel. Quizás sea la mentalidad, o los pensamientos que estoy teniendo últimamente. Si puedo mantener este nivel, vendrán cosas buenas”, apuntó con esperanza.
En cuanto al arranque del partido, reconoció que Alcaraz no empezó fino. “Se le notaba tenso. Eso me ayudó a meterme, pero luego ya no volvió a fallar nada. Solo cuando sacó para el partido cometió algún error. Esa es la gran diferencia entre él y yo: puede mantener la concentración durante todo el partido”, admitió con admiración.
Finalmente, Rublev tocó un tema que cada vez gana más espacio entre los deportistas de élite: la salud mental. “Cada persona carga con sus cosas, no importa a qué se dedique. Antes se buscaba siempre proyectar una imagen perfecta, pero ahora las redes sociales están cambiando eso. Hay más sinceridad, más espacio para decir lo que realmente pasa. Los deportistas ya no somos solo ídolos inalcanzables”, reflexionó.
Pese a la derrota, Rublev se va de Wimbledon dejando un mensaje importante: no solo está buscando ganar partidos, también está en busca de una versión más equilibrada de sí mismo. En un circuito cada vez más exigente, ese camino puede ser tan importante como levantar trofeos.
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