El objetivo es utilizar el fútbol como portavoz para fomentar valores positivos y terminar con el odio en la sociedad
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LaLiga y la FEMP se unen en la lucha contra el odio en el fútbol
LaLiga y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) han dado un paso firme para combatir los discursos de odio en el fútbol, y no solo en los estadios, sino también en la vida cotidiana de los aficionados. Ambas entidades han presentado un decálogo que busca, desde los gobiernos locales, erradicar actitudes discriminatorias y promover un ambiente inclusivo y respetuoso en torno al deporte rey y en la sociedad en general.
La iniciativa parte de un hecho claro: la mayoría de las instalaciones deportivas en España son de titularidad municipal. Esto significa que los ayuntamientos tienen un papel crucial en la gestión de los espacios donde se practica deporte, y con este decálogo, se comprometen a garantizar que esos lugares promuevan la diversidad, el respeto y la igualdad. En resumen, se trata de aprovechar el fútbol como herramienta para educar y fomentar valores positivos, no solo en el ámbito deportivo, sino también en la comunidad.
La colaboración entre LaLiga y la FEMP no se limita a buenas intenciones. El decálogo, que fue presentado tras la última reunión de la Comisión de Deportes de la FEMP, establece medidas concretas para que los gobiernos locales trabajen de la mano con los clubes de fútbol, asociaciones y otras entidades deportivas. El objetivo es crear entornos que garanticen la libertad y el respeto a la dignidad de todas las personas, sin importar su origen, género o cultura.
Uno de los puntos fuertes de esta iniciativa es su enfoque en la integración de personas de diferentes culturas y orígenes en el deporte. Desde LaLiga y la FEMP reconocen el poder del fútbol para unir a personas de diversas procedencias, y ven en ello una oportunidad única para promover la inclusión. Los municipios no solo se encargarán de garantizar que sus instalaciones deportivas sean seguras y libres de prejuicios, sino también de apoyar programas que fomenten la participación de inmigrantes y personas de diferentes culturas en el deporte.
Se busca que el fútbol no sea solo un espacio de competición, sino también un lugar donde se promuevan la igualdad y el respeto, tanto en los campos de juego como en los centros educativos y en otros espacios de convivencia. Los ayuntamientos, a través de este acuerdo, se comprometen a poner en marcha iniciativas que faciliten esta integración y a colaborar activamente con los clubes para garantizar que los mensajes ofensivos no tengan cabida.
En un contexto donde el fútbol ha sido escenario de actos y mensajes de odio en más de una ocasión, LaLiga y la FEMP han dejado claro que no van a tolerar ningún tipo de discurso discriminatorio. El decálogo incluye una condena firme a cualquier manifestación de odio, ya sea por motivos raciales, de género, orientación sexual o cualquier otra forma de discriminación. Y no se trata solo de palabras. La idea es que los gobiernos locales trabajen para que los espacios deportivos y sociales estén siempre libres de violencia verbal o física.
Uno de los mensajes que se busca transmitir es que el deporte tiene un impacto mucho más allá del terreno de juego. A través del fútbol, se puede educar a la sociedad en valores de respeto y tolerancia. Por eso, en el decálogo también se incluye el reconocimiento a la importante contribución que los inmigrantes han hecho y siguen haciendo en el ámbito deportivo, económico y cultural de España.
Este acuerdo entre LaLiga y la FEMP refuerza la idea de que el fútbol es mucho más que un deporte. Es una herramienta de transformación social que puede tener un impacto positivo en la vida de millones de personas. Según José Antonio Montero, director de Asuntos Públicos y Relaciones Institucionales de LaLiga, esta colaboración con los municipios es clave para garantizar que el fútbol siga siendo un espacio de inclusión y respeto.
Por su parte, Luis Martínez-Sicluna, secretario general de la FEMP, destacó la importancia de que los gobiernos locales asuman un papel activo en la promoción de estos valores, ya que, al gestionar la mayoría de las instalaciones deportivas del país, tienen la capacidad de generar un cambio real en las comunidades.
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