La estructura de gobernanza de las ligas de fútbol desempeña un papel crucial en su comercialización y competitividad. Las ligas europeas, como la Premier League y La Liga, operan de forma independiente de las federaciones nacionales, lo que permite una gestión centralizada de los derechos audiovisuales y los patrocinios, fomenta la estabilidad financiera y promueve una distribución justa de los ingresos.
Por el contrario, las ligas controladas por federaciones, como la de Brasil, tienen dificultades para lograr un crecimiento similar debido a la fragmentación de las negociaciones y a su limitado enfoque comercial. Este documento destaca cómo los modelos de gobernanza independientes mejoran la competitividad de las ligas, contribuyen a una distribución equitativa de los ingresos e impulsan el éxito mundial. La adopción de este enfoque podría transformar los mercados futbolísticos emergentes, liberando todo su potencial comercial y competitivo.
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La importancia de una liga de fútbol independiente: una perspectiva comercia
La estructura de gobernanza de las ligas de fútbol desempeña un papel fundamental en el crecimiento, la comercialización y la competitividad internacional de este deporte. En Europa, muchas ligas de fútbol de primer nivel operan como entidades independientes de sus federaciones nacionales, estructuradas como sociedades anónimas o sociedades de responsabilidad limitada. Estas ligas, como la Premier League, La Liga y la Bundesliga, se benefician de la capacidad de gestionar sus intereses comerciales de forma más eficaz. Por el contrario, países con grandes mercados futbolísticos, como Brasil, siguen teniendo una liga que opera bajo el control de la federación, un modelo que limita el potencial de crecimiento y la competitividad global.
El hecho de que las federaciones no estén organizadas con una mentalidad empresarial y orientada al mercado significa que sus intereses no se centran en el aspecto comercial de este deporte. Como resultado, las federaciones, aunque desempeñan un papel importante en diversos ámbitos del fútbol nacional e internacional, no suelen facilitar la expansión del producto futbolístico cuando gestionan las ligas de sus países.
Las asociaciones y federaciones nacionales no suelen centrarse en la comercialización o monetización del fútbol. Su principal responsabilidad es la gobernanza, lo que a menudo deja a los clubes la negociación individual de los derechos audiovisuales y los patrocinios. Este enfoque fragmentado debilita el poder de negociación de los clubes, su capacidad para conseguir acuerdos de patrocinio más lucrativos y atraer nuevos inversores. En Brasil, por ejemplo, la falta de una estructura de liga unificada significa que los clubes grandes pueden negociar acuerdos individuales, pero los clubes más pequeños tienen dificultades para conseguir condiciones favorables. Esta disparidad crea un desequilibrio competitivo y limita el potencial financiero global de la liga, lo que dificulta su capacidad para competir con ligas más avanzadas comercialmente a nivel mundial.
Por otro lado, una liga de fútbol independiente, separada en su gobernanza de la federación nacional, ofrece una estructura empresarial más eficiente al centralizar la gestión de los derechos audiovisuales, los patrocinios y otras actividades generadoras de ingresos. Esta centralización permite a las ligas negociar acuerdos de retransmisión más lucrativos y crear sistemas de distribución de ingresos más uniformes. Un ejemplo claro de este modelo es la Premier League, que se ha convertido en una de las ligas más ricas y con mayor éxito comercial del mundo. Al vender los derechos audiovisuales de forma colectiva, la Premier League fortalece toda la liga, proporcionando a los clubes más pequeños una parte más justa de los ingresos y mejorando la visibilidad y la competitividad general de la liga.
Las ventajas financieras de una liga centralizada e independiente son evidentes. Al consolidar los derechos audiovisuales y las fuentes de ingresos, la liga puede garantizar una distribución más equitativa de los fondos, lo que favorece la sostenibilidad de la competición. Este enfoque también permite una mayor transparencia en las transacciones financieras, lo que reduce el riesgo de corrupción y fomenta un entorno más profesional. El éxito mundial de la Premier League, impulsado por la negociación colectiva y la centralización de los derechos audiovisuales, es una prueba del poder de una liga independiente.
Otra razón importante por la que la Premier League es tan famosa y exitosa es la distribución de los ingresos por parte de la liga con un ratio máximo de 1,8 a 1,0 entre el campeón y el último clasificado, según la información facilitada públicamente por la propia liga. Esto garantiza que la competitividad de la liga se mantenga al más alto nivel. También garantiza la imprevisibilidad del campeonato (lo que se puede argumentar como la razón por la que la gente es tan apasionada por los deportes), con batallas por las posiciones que se deciden en el último momento. Incluso si tu equipo no está luchando por el título, el descenso es una catástrofe financiera.
Además, el éxito comercial de una liga le permite reinvertir en la mejora del producto en sí. Con mayores recursos financieros, los clubes pueden invertir en mejores instalaciones, atraer a los mejores talentos y mejorar sus programas de formación de jóvenes. Los mayores ingresos generados por los esfuerzos colectivos de la liga pueden utilizarse para elevar el nivel general del juego, lo que beneficia a los aficionados y mejora la reputación mundial de la liga.
Conclusión
En conclusión, una liga de fútbol independiente, separada de la federación nacional, es un paso crucial para que los países aprovechen todo el potencial comercial y competitivo de sus mercados futbolísticos. Al centralizar los derechos de los medios de comunicación, reforzar el poder de negociación de la liga y redistribuir los ingresos de forma equitativa, se consigue mejorar la competitividad de sus clubes, aumentar la calidad de su producto futbolístico y, en última instancia, posicionarse como una fuerza más sólida en el panorama futbolístico mundial. Este modelo ha demostrado su eficacia en Europa y podría servir de modelo para el futuro del fútbol en Brasil y otros mercados emergentes.
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