Alejandro Domínguez lanza un llamado a la FIFA para que el centenario del Mundial sea una auténtica fiesta planetaria, con más equipos y presencia en varios continentes
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La CONMEBOL tira alto: pide un Mundial 2030 histórico con 64 selecciones y participación global
Alejandro Domínguez no se anda con medias tintas cuando se trata de soñar en grande. En la apertura del 75º Congreso de la FIFA celebrado en Paraguay, el presidente de la CONMEBOL alzó la voz para dejar clara su visión sobre lo que debe ser el Mundial 2030: un evento único, sin precedentes, que quede grabado en la historia del fútbol. Y para ello, propone una idea potente: ampliar la competición a 64 selecciones por una sola vez, con motivo de su centenario.
La edición de 2030 ya tiene un esquema singular. España, Marruecos y Portugal serán los anfitriones principales del torneo, pero también habrá partidos inaugurales en Uruguay, Argentina y Paraguay, en homenaje al Mundial de 1930 que se jugó por primera vez en Montevideo. Es una fórmula compartida, con fuerte carga simbólica y guiños históricos. Pero para Domínguez no es suficiente. Él quiere que todo el planeta sienta que forma parte de la fiesta.
“Este no puede ser un Mundial más”, soltó el dirigente paraguayo ante la plana mayor del fútbol internacional. “Tenemos que pensar en algo que esté a la altura de los 100 años de historia. Que el mundo participe, que nadie quede afuera. Que sea un evento global, como nunca antes se ha visto”. Un mensaje directo, que no pidió cambiar posturas, pero sí abrir la mente a una propuesta distinta.
Aunque no mencionó expresamente el aumento de cupos en su discurso de este jueves, Domínguez ya había confirmado el pasado abril que la CONMEBOL pediría formalmente que el Mundial 2030 se juegue con 64 selecciones. Es decir, 16 más de las 48 ya aprobadas para la edición de 2026 en Estados Unidos, México y Canadá.
“Un Mundial es la mayor celebración popular del planeta”, remarcó. “Y en una fiesta así, nadie debería quedar fuera”. El argumento no es solo romántico, también busca encajar en una tendencia: el fútbol se está expandiendo, nuevos países compiten al máximo nivel y hay una demanda creciente por participar en torneos grandes.
Domínguez también hizo un llamado a los miembros del Congreso de la FIFA a asumir su rol histórico. “Somos unos privilegiados por tener la oportunidad de decidir algo tan importante. El fútbol no nos pertenece a nosotros, le pertenece al mundo. Y este centenario debe reflejar eso”.
La propuesta de ampliar a 64 equipos, sin embargo, no está exenta de complicaciones. El calendario, la logística y la infraestructura son retos enormes, especialmente con un Mundial que se jugará en distintos continentes. A eso se suma el debate sobre si la calidad del torneo podría verse afectada por la inclusión de selecciones menos competitivas. Pero desde Sudamérica, la apuesta está hecha.
La idea de la CONMEBOL se apoya en el argumento emocional del centenario. No es una propuesta para repetir en futuras ediciones, al menos por ahora, sino una edición “extraordinaria” en todos los sentidos. Domínguez lo dejó claro: “Tenemos una ocasión única para hacer historia. No desaprovechemos esta oportunidad”.
Con el balón ahora en el tejado de la FIFA, queda por ver si esta visión se transformará en realidad. Pero lo cierto es que la campaña de Sudamérica ha comenzado, y lo ha hecho con un mensaje ambicioso, cargado de simbolismo y dirigido a todos los rincones del planeta fútbol.
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