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¡Thunder Campeón! OKC hace historia en casa y levanta su primer anillo
Oklahoma City se vistió de fiesta y no era para menos. El Thunder se consagró campeón de la NBA por primera vez desde que aterrizó en esa ciudad, tras imponerse por 103-91 a los Indiana Pacers en un séptimo partido que tuvo de todo: emoción, drama, exhibiciones individuales... y una lesión que dejó a todos con el corazón encogido.
El Paycom Center rugió como nunca antes y los de Mark Daigneault respondieron al aliento con una actuación sólida, sobre todo en la segunda mitad, cuando sacaron a relucir su mejor versión para cerrar la serie a lo grande. Pero el arranque no fue tan sencillo como el resultado final puede hacer pensar.
Indiana, impulsado por un eléctrico Tyrese Haliburton, salió con todo. El base anotó tres triples en los primeros minutos, y parecía que el partido se le venía cuesta arriba a los locales. Sin embargo, la historia dio un giro inesperado cuando Haliburton se lesionó en una acción sin contacto. Cayó al suelo tomándose el tendón de Aquiles derecho y el silencio se apoderó del estadio. Fue un mazazo para los Pacers y un cambio total en el guión del juego.
A pesar del golpe anímico, los visitantes tiraron de carácter y se mantuvieron en la pelea durante toda la primera mitad. Incluso llegaron al descanso con una mínima ventaja (48-47) gracias al buen hacer de Bennedict Mathurin y Andrew Nembhard. Pero ese fue su último suspiro.
La segunda parte fue un festival de Oklahoma. Con Shai Gilgeous-Alexander manejando los tiempos como un veterano consagrado, el Thunder fue minando poco a poco la resistencia de Indiana. SGA terminó con 29 puntos y 12 asistencias, siendo el claro MVP de las Finales, pero no estuvo solo.
Jalen Williams se sumó con 20 puntos, y Chet Holmgren fue una pesadilla para los Pacers en defensa: 18 puntos, cinco tapones (récord en un séptimo partido de Finales) y una presencia dominante en la pintura que dejó a los de Indianápolis sin ideas.
El tercer cuarto fue el punto de inflexión. OKC ajustó atrás, corrió con más libertad y clavó una ráfaga de triples que dejó tocado al rival. En ese tramo, el Thunder pasó de perder por cinco a liderar por nueve (81-68) y ya no soltó el control del partido. Indiana, sin su estrella, sin piernas y sin soluciones, terminó por desinflarse.
En el último cuarto, la fiesta ya era total. El marcador llegó a mostrar una diferencia de 21 puntos tras bombas de SGA y Williams. Mathurin intentó maquillar la derrota con sus 24 puntos y 13 rebotes, pero ya era tarde. El Thunder no dejó lugar para milagros.
Así, Oklahoma cerró su temporada soñada con un título merecido y una ovación que se escuchó hasta Seattle, la ciudad que vio nacer esta franquicia antes de su mudanza. Para muchos, era cuestión de tiempo que este joven núcleo explotara. Hoy, esa explosión se convirtió en campeonato.
Este anillo marca un antes y un después para OKC, que llevaba años cocinando este proyecto a fuego lento. Y viendo lo que tienen —juventud, talento, hambre— todo apunta a que este equipo apenas está comenzando su era.
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