La ‘Bestia’ vuelve a rugir en Valdebebas
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Julio Baptista vuelve a casa: se une al Real Madrid como entrenador de cantera
Hay regresos que no necesitan grandes anuncios. Algunos nombres suenan y la memoria del aficionado ya hace el resto. Eso mismo pasa con Julio Baptista, quien, casi 20 años después de su fichaje como jugador del Real Madrid, vuelve a vestir de blanco... aunque esta vez desde el banquillo. La “Bestia”, como le apodaban en su época dorada, regresa a Valdebebas para dirigir a uno de los equipos de cantera del club.
El brasileño se une así a la nueva ola de movimientos que está sacudiendo la estructura técnica del club. Y es que no todo se resume al primer equipo, donde Xabi Alonso asumirá los mandos tras la etapa de Carlo Ancelotti. En el Castilla, Raúl González ha decidido poner fin a su etapa en el filial y su puesto será ocupado por otro viejo conocido: Álvaro Arbeloa. Mientras tanto, Baptista se suma al proyecto de formación en La Fábrica con la misión de moldear a las futuras estrellas del Madrid.
Julio no es ajeno a los banquillos. Su experiencia más reciente como técnico fue en el Valladolid, donde trabajó con varios equipos dentro de la estructura del club castellano, terminando por entrenar al segundo equipo. Aunque su carrera como entrenador aún está en fase de construcción, su perfil encaja perfectamente en el modelo del club: exjugador con ADN madridista, carisma en el vestuario y ambición para formar jóvenes.
Pero más allá de lo que pueda aportar como técnico, el fichaje de Baptista tiene un componente emocional. El brasileño fue parte de aquel Madrid de los galácticos, fichado en 2005 tras brillar en el Sevilla. Su gol decisivo en un Clásico ante el Barcelona aún es recordado con cariño por muchos seguidores blancos. Aunque no tuvo la continuidad que se esperaba, siempre fue un profesional ejemplar y dejó un buen recuerdo en el vestuario y en la directiva.
Tras dejar Europa como futbolista, Baptista pasó por Brasil, Estados Unidos y Rumanía antes de colgar las botas. Desde entonces, ha mantenido una relación cercana con el Madrid, participando en distintos eventos del club y ejerciendo como embajador ocasional. Su vuelta, en ese sentido, parece más una continuación natural de ese vínculo que un fichaje sorpresa.
Valdebebas se convierte ahora en su nueva casa de trabajo. Allí, entre promesas que sueñan con pisar el Bernabéu, Baptista aportará su experiencia en el fútbol de élite, su conocimiento del juego y ese carácter competitivo que le acompañó en su carrera. No será el rostro más mediático del nuevo organigrama blanco, pero sí uno de los más reconocibles para quienes crecieron viendo LaLiga en los 2000.
El Real Madrid sigue confiando en los suyos. Si antes fueron Zidane o Raúl, ahora es el turno de Arbeloa y Baptista. Exjugadores convertidos en entrenadores, que entienden la exigencia del escudo y que saben cómo formar talentos dentro de una institución que no perdona el error, pero que valora la lealtad y el compromiso.
La cantera blanca, como el primer equipo, también se mueve. Con Baptista sumándose al proyecto, el mensaje del Madrid es claro: la historia se respeta, pero también se utiliza como base para construir el futuro. Y la “Bestia”, esta vez, será quien enseñe a rugir a los que vienen detrás.
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