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Towns resucita a los Knicks: remontada épica en Indiana para volver a soñar
Lo que parecía una pesadilla terminó siendo una noche de gloria para los Knicks. En un partido que pintaba desastroso desde el segundo cuarto, el equipo de Nueva York protagonizó una remontada monumental ante los Pacers (100-106) para meterse de lleno en la serie de semifinales del Este (1-2). El gran protagonista de la película fue Karl-Anthony Towns, que pasó de ser señalado a héroe con un último cuarto para enmarcar.
Los Knicks llegaban con el agua al cuello tras caer en los dos primeros partidos en el Madison. Pero esta vez, en terreno hostil, se aferraron a la épica. Indiana llegó a dominar por 20 puntos (55-35), aprovechando las tempranas faltas personales de McBride, Brunson y el propio Towns. Pero el baloncesto da segundas oportunidades, y los neoyorquinos no las desaprovecharon.
La primera reacción vino antes del descanso. OG Anunoby, Mikal Bridges y Josh Hart mantuvieron al equipo a flote, reduciendo la ventaja a 13 puntos (58-45). Tras el paso por vestuarios, Jalen Brunson y Towns dieron un paso al frente para recortar aún más la distancia. Pero lo mejor estaba por llegar.
En el último cuarto, Karl-Anthony Towns se puso la capa de superhéroe. Con cinco faltas y todo en contra, lideró un parcial demoledor de 5-17 con 15 puntos suyos que le dieron la vuelta al marcador. El pívot terminó con 24 puntos y 15 rebotes, pero lo realmente impresionante fue su temple en los momentos calientes. Con los Pacers tocados, el ex de los Wolves sentenció con dos canastas clave, mientras McBride, Bridges y Brunson remataron desde la línea de tiros libres.
Indiana, que venía lanzado tras un parcial brutal en la primera mitad y con jugadores como Haliburton, Turner y Siakam inspirados, se desinfló por completo en el tramo decisivo. El equipo de Rick Carlisle se quedó sin ideas justo cuando más importaba. Solo sumaron 20 puntos en el último cuarto, los mismos que Towns anotó en solitario.
McConnell, que había sido clave saliendo desde el banquillo, también desapareció en los minutos finales. Los Pacers llegaron a estar arriba 90-89 a falta de cuatro minutos, pero después solo pudieron ver cómo los Knicks se llevaban el partido a base de carácter y sangre fría.
Brunson, que acabó con cinco faltas, volvió para cerrar el duelo con un par de tiros libres. Bridges aportó en defensa y Hart fue decisivo desde la línea para amarrar una victoria que puede cambiar el rumbo de la eliminatoria.
Los Knicks vuelven a casa con vida, algo impensado cuando estaban 20 abajo. Pero esto es playoff, y la historia no está escrita hasta que suena la bocina final. Con Towns reivindicado y el equipo recuperando el pulso competitivo, la serie promete emociones fuertes.
La venganza, como dicen, se sirve fría. Y los Knicks la cocinaron a fuego lento para devolverle a Indiana la moneda del primer partido. Ahora, con el 2-1 en el bolsillo, el Garden espera con los brazos abiertos a unos Pacers que ya saben que los de Nueva York no están dispuestos a caer sin pelear.
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