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Por qué el Design Thinking ayuda a los abogados en sus jornadas laborales
El Design thinking es una metodología que cada vez interesa a más profesionales del Derecho atraídos a ella en muchos casos, por el efecto llamada que hacemos quienes hemos descubierto esta disciplina, la practicamos y logramos gracias a ella resultados sorprendentes como por ejemplo, identificar en una única reunión de mañana con los miembros de la asesoría jurídica de una gran empresa, todos los servicios que prestan a su organización, diseñar todos los procesos que se siguen para prestarlos y rediseñarlos teniendo en cuenta los “puntos de dolor”, es decir tareas donde se generan problemas, dificultades, quejas, etc. Así como ayudar a un despacho de abogados, que iba por su tercera consultora de marketing en menos dos años, también en una única mañana, a identificar los servicios con los que realmente gana dinero y diseñar una estrategia de negocio con sentido.
En este artículo explico en qué consiste, para qué se está utilizando y resalto el interés de su aplicación a un ámbito del que no se ha hablado hasta ahora y que me parece uno de los más interesantes para los profesionales del Derecho, el llamado “Design Your Life”, una metodología diseñada por profesores de la Universidad de Stanford para apoyar a las personas a diseñar sus trayectorias profesionales.
1. Introducción
2. ¿Qué es eso del Legal Design Thinking?
3. Y ¿para qué se está utilizando?
4. Design Your Life: la aplicación del Design Thinking al ámbito del desarrollo personal
5. Conclusiones
Take home
El Legal Design Thinking es una disciplina que se encuadraría en la heurística y que tiene como objetivo principal, la búsqueda de soluciones a retos, a través de la creatividad
Artículo completo
Design Thinking como herramienta clave para el desarrollo de carrera del abogado
¿Qué es eso del Legal Design Thinking?
El origen del Design Thinking se ubica en los años 50 y en la Universidad de Stanford en EE.UU., pero es realmente en los años 90, de la mano de David Kelley (fundador de IDEO y de la d-School), cuando comienza a concebirse tal y como hoy lo conocemos. En los años 90 también profesores de esta misma universidad comienzan a investigar en las aplicaciones de esta metodología al ámbito legal. Paralelamente a esta escuela norteamericana, en Helsinki varios investigadores de distintas especializaciones, jurídica, diseño, etc. desarrollan trabajos centrados sobre todo en el llamado Visual Design Thinking y su aplicación al sector legal. De entre ellos destacan Helena Hapio y Stefania Passera, que han escrito interesantísimos trabajos académicos, y diseñado recursos muy útiles y que además, en muchos casos ponen a disposición de cualquiera de forma abierta (como por ejemplo, la política de privacidad que Passera ha diseñado para la Legal Tech Juro y que está accesible desde Github, o la librería de plantillas diseñada para la IACCM y que permite crear contratos más visuales.
Hoy hay ya cierto consenso respecto al nombre a utilizar para denominar al conjunto de metodologías que ayudan a resolver problemas legales, entendiendo por tales, los que se refieren al funcionamiento del sistema legal o de los prestadores de servicios jurídicos, Legal Design Thinking (LDC). La palabra “problema” debemos entenderla no en el sentido tradicional, como algo negativo, sino en uno más amplio, como reto o situación susceptible de mejora a través de la creatividad. Esta actividad es el eje sobre el que se articula el Design Thinking.
El otro eje principal de la disciplina del Design Thinking es el cliente, el usuario, el destinatario del servicio, del contrato, de la norma, de la sentencia. En resumen, el Legal Design Thinking es una disciplina que se encuadraría en la heurística y que tiene como objetivo principal, la búsqueda de soluciones a retos, a través de la creatividad, poniendo siempre en el centro de la actividad a las personas.
Y ¿para qué se está utilizando?
Pues realmente para muchas finalidades. Veamos a continuación alguno de los usos y ejemplos para los que esta metodología puede sernos útil a los juristas:
1. Comenzando por las más abstractas, el LDC se utiliza para reflexionar sobre el futuro de organizaciones, del sector público o privado: en entornos tan cambiantes los líderes de las organizaciones del sector legal necesitan analizar, reflexionar y definir sus líneas estratégicas involucrando a los responsables de las áreas críticas: gestión de personas, del conocimiento, tecnología, comunicación, etc. A través del LDT y de varias de sus herramientas puede facilitarse esta tarea apoyando a las organizaciones a entender y definir mejor su futuro. Ejemplos de la utilización del Design Thinking por organizaciones del sector público, son el Lab de la Escuela Nacional de la Judicatura (ENJ) de la República Dominicana para quien uno de cuyos tres pilares es el diseño centrado en el usuario.
2. También se está utilizando en el ámbito del desarrollo personal y profesional para el de diseño de proyectos vitales. Esta modalidad, de la que hablaré con más detalle en el siguiente epígrafe, es también fruto del trabajo de profesores de Stanford que la han bautizado como Desing Your Life.
3. Además, se está utilizando para dar vida a nuevos productos o servicios: una metodología que ayuda a co-crear, integrando a especialistas de diversas disciplinas, profundizando en el conocimiento del cliente y de sus necesidades y explorando diferentes caminos, poniéndolos a prueba y haciéndolos visibles, permite definir con muchas más probabilidades de éxito cualquier nuevo producto o servicio.
4. También se usa para solucionar problemas organizacionales, como, por ejemplo, cambios que afectan a equipos de trabajo, definición de puestos y asignación de tareas, etc.
5. Uno de los casos de uso más claros es el de apoyar el desarrollo de aplicaciones informáticas: sitios webs, apps, etc.
6. Y finalmente, otro de los casos de uso que a nosotros más nos motiva a pensar que el LDC puede ser un catalizador del cambio que la sociedad está pidiendo a los juristas es su aplicación a la mejora de la experiencia de usuarios y clientes en la contratación de productos o servicios. El Design Thinking permite diseñar (nótese que usamos este término y no el habitual de redactar) procesos de pre contratación y contratación capaces de generar más satisfacción en el usuario, integrando por ejemplo tecnología o a través del diseño de documentos precontractuales y contractuales, que sirvan para mucho más que simplemente plasmar en un papel una serie de acuerdos, sino que además permitan: identificar necesidades e insights de todos los “clientes” reales de ese contrato (que normalmente no son sólo las partes firmantes).
Design Your Life: la aplicación del Design Thinking al ámbito del desarrollo personal
Bill Burnett y Dave Evans ambos profesores de Stanford y autores de los bestsellers “Desing Your Life” y “ Desing your Work Life”, han desarrollado una metodología que apoyada en Design Thinking está ya sirviendo a millones de personas para ser más felices. Partiendo de las premisas de que muy pocas personas tienen la suerte de tener una vocación clara, de que todos tenemos varias vidas dentro de nosotros y de que con las herramientas adecuadas y los principios inspiradores del Design Thinking (cocreación, creatividad, prototipado, innovación, aceptación del fracaso, etc.) es sencillo convertirnos en diseñadores de nuestra propia vida. Ambos autores rechazan la idea de que la vida se puede “planificar”, en su visión la vida sólo se puede “diseñar”. Para ellos, lo que necesitamos es tener habilidades y saber manejar herramientas que nos permitan diseñarla como, por ejemplo, el “story telling” (contar nuestra historia), las entrevistas (con personas que puedan apoyarnos a sacar adelante nuestros proyectos o puedan ser un modelo para nosotros), las estancias en lugares donde queremos vivir para probar si realmente nos sentimos bien en ellos, etc. Y así hasta una veintena de útiles ejercicios que te permiten reflexionar e idear tu proyecto vital.
En un momento de transición como el que estamos viviendo, donde millones de personas están viendo amenazados sus puestos de trabajo y transformadas las culturas de sus organizaciones, sienten que sus ingresos están en riesgo y han tenido que modificar su forma de trabajar, el design thinking tiene el poder de dotarnos de las herramientas necesarias para salir adelante y superar despidos, jubilaciones o hacer frente con éxito a reestructuraciones de negocio.
Conclusión
El desing thinking como metodología ofrece a quienes la utilizan ventajas importantes pues fomenta la creatividad, el trabajo en equipo y la co-creación, que no importe equivocarse a la hora de buscar soluciones, adaptarse a las necesidades reales del destinatario del servicio (en el caso de su aplicación al diseño de proyectos vitales, a la esencia de uno mismo. En resumen, una metodología para explorar y practicar porque no se es nunca experto en ella, sino facilitador y promotor de su utilización.
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