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Carlos Alcaraz y Fabian Marozsan: duelo de genios en el arte de la dejadade

Este martes, la Philippe Chatrier no solo acogerá un partido de tenis, sino un auténtico espectáculo de técnica, intuición y picardía. Carlos Alcaraz y Fabian Marozsan se citan en Roland Garros en lo que podría llamarse el “clásico moderno de la dejada”. Si bien el saque y la derecha siguen mandando en el circuito, estos dos jugadores han encontrado en la dejada su firma personal, su truco de magia favorito.

Alcaraz, actual número 3 del mundo, es ya un habitual en este tipo de duelos donde la estrategia y la sorpresa se imponen al golpeo potente. Y es que lo suyo con la dejada no es casualidad: la lleva practicando desde niño, cuando usaba este golpe para lidiar con rivales más fuertes físicamente en su Murcia natal. Aquel recurso, que usaba como un arma de supervivencia, se ha convertido hoy en una herramienta esencial en su juego. Ante Giulio Zeppieri, en su estreno en París, lanzó 15 dejadas. Tres acabaron en punto directo, solo una falló, y el resto sirvieron para descolocar a su rival y cambiar el ritmo del intercambio.

Pero el murciano no estará solo en ese terreno. Enfrente tendrá a un especialista en lo mismo. Fabian Marozsan, el húngaro que va subiendo peldaños con paso firme en el circuito, también tiene una relación especial con este recurso. En su debut contra Luca Nardi utilizó la dejada 13 veces, sacando provecho en la mayoría de ellas. Es más: ya sabe lo que es hacer daño a Alcaraz con ese golpe. En Roma, hace dos años, cuando sorprendió al español en la tercera ronda, anotó diez puntos solo con ese tiro.

Lo curioso del caso es que ambos no usan la dejada como último recurso, sino como parte activa de su táctica. No es un "a ver si cuela", sino una jugada pensada, buscada, incluso preparada desde el primer peloteo. Alcaraz lo admite sin tapujos: “Siento cuando debo hacer una dejada, simplemente me sale. Algunas veces es táctica, otras es porque me veo bloqueado. Pero si creo que toca, la hago”.

Esta mentalidad hace que sus partidos tengan ese plus de imprevisibilidad. Cuando otros rivales buscan castigar con potentes tiros de fondo, ellos no tienen problema en frenar en seco el punto y obligar al rival a correr hacia adelante, muchas veces sin éxito.

No es nuevo en Carlitos. De hecho, tiene un récord particular en Roland Garros con este golpe. En 2023, ante Sebastian Korda, firmó 21 dejadas en un solo partido, siete de ellas ganadoras. Datos como estos demuestran por qué se le considera el jugador con mejor rendimiento en este golpe actualmente. Incluso exjugadores como Jim Courier, doble campeón en París, alaban su capacidad para “disfrazarlas como nadie”.

En el otro extremo, si alguien del Big Three ha hecho de la dejada una aliada, ese ha sido Novak Djokovic. El serbio, más allá de su potencia y consistencia, también ha echado mano de este golpe en momentos clave, especialmente sobre tierra batida. Pero ni siquiera Nole alcanza los registros de Alcaraz.

El duelo de este martes no solo servirá para ver quién avanza en el torneo, sino para confirmar que el tenis todavía tiene hueco para la creatividad. Que en un deporte donde parece que todo se resume en potencia, hay espacio para lo inesperado. Y ahí, Carlos y Fabian tienen mucho que decir.

Así que atentos, porque cuando arranque el partido, el golpe más sencillo —aparentemente— puede ser el más letal. Y en eso, estos dos son auténticos maestros.