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Carlos Alcaraz gana la batalla contra Sinner en una final histórica del Roland Garros
Carlos Alcaraz volvió a hacer de las suyas y esta vez lo hizo en el escenario más grande de la tierra batida: Roland Garros. El murciano se apuntó un partido de leyenda en la final contra Jannik Sinner, levantando dos sets en contra y salvando tres bolas de partido para terminar conquistando su quinto Grand Slam. Todo esto con apenas 22 años recién cumplidos. Sí, otra vez. Y sí, otra locura de las suyas.
El duelo tenía aroma a clásico moderno. Alcaraz contra Sinner ya es una rivalidad que empieza a colarse entre las grandes del tenis, y lo que pasó en la Philippe Chatrier lo confirma. El italiano comenzó dominando con autoridad. Se llevó los dos primeros sets, aprovechando las imprecisiones de un Carlitos errático y hasta algo incómodo por molestias en el ojo. Sinner venía embalado, con una racha de 20 victorias seguidas en Grand Slams, y parecía que nada podía frenarle. Pero con Alcaraz enfrente, nunca hay que dar nada por cerrado.
La reacción del español comenzó en el tercer set. Apretó el puño, miró a su esquina y dijo: “vamos a pelear esto hasta el final”. Empezó a encontrar ritmo, profundidad y, sobre todo, confianza. Se llevó ese tercer parcial y metió presión. En el cuarto, cuando parecía que el italiano tenía todo para cerrar con tres pelotas de partido, Carlitos tiró de épica. Se los quitó de encima con valentía, fuerza mental y calidad, forzando un ‘tie break’ que acabaría ganando. El partido ya era un clásico. Y aún quedaba más.
El quinto set fue directamente un thriller. Golpe por golpe, punto por punto, juego a juego. Nadie regalaba nada y el desenlace terminó en un súper ‘tie break’ al mejor de 10. Ahí, donde más queman las piernas y tiembla el pulso, Alcaraz fue hielo puro. Cerró el partido con un pasante de derecha marca de la casa y se desplomó sobre la arcilla, sabiendo que acababa de firmar uno de los triunfos más grandes de su carrera.
El marcador final: 4-6, 6-7(4), 6-4, 7-6(3) y 7-6(2). Cinco horas y 29 minutos de pura batalla. La final más larga de la historia de Roland Garros y la segunda más extensa en todos los Grand Slam, solo superada por el maratón entre Djokovic y Nadal en Australia 2012.
Con esta victoria, Alcaraz iguala el número de grandes que tenía Nadal con su quinto título a los 22 años. Y lo hace como un auténtico ‘killer’ de finales: ha jugado cinco y ha ganado cinco. Números que no mienten. Lo suyo no es solo talento, es carácter, ambición y una cabeza fría cuando el partido arde.
Por su parte, Sinner se va con la sensación de haberlo tenido en la mano, pero de nuevo se topó con su bestia negra. Ya son cinco derrotas seguidas ante el español. Lo tuvo todo, incluso el público, que salvo el banquillo italiano, empujó con todo a Carlitos. Hasta Agassi, presente en el palco, se rindió al talento del murciano. Fue él quien le entregó la Copa de los Mosqueteros.
Alcaraz ya no es el futuro. Es el presente total. Y tras la batalla de París, su leyenda no ha hecho más que agrandarse.
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