¿Por qué las redes son un recurso desaprovechado en el ámbito jurídico?
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La economía colaborativa y la transformación digital han impulsado a que los abogados compartan experiencias entre departamentos
La Covid-19 supuso un cambio de época hacia el trabajo a distancia y obligó a las organizaciones a replantear sus planes simultáneamente. Para muchas, esto significó centrarse en gran medida en la transformación digital. Además de adoptar formas de trabajo digitales, hay otros cambios que las organizaciones jurídicas deben hacer para seguir siendo viables: los expertos del sector también señalan que el modelo de negocio jurídico es un reto. Exploremos esto más a fondo en términos de lo siguiente: ¿es el modelo de negocio legal amigable con el cliente? ¿Fomenta la transparencia y está diseñado para identificar las necesidades del cliente?
¿Es el modelo de negocio legal amigable con el cliente? La satisfacción del cliente es lo más importante: Los modelos de negocio y la fijación de precios se han debatido durante mucho tiempo en el sector. Algunos sostienen que la muerte de la hora facturable inspirará un mayor valor para los clientes en los servicios jurídicos, mientras que otros sostienen que todo el modelo de negocio de la abogacía necesita una renovación.
La creación de una experiencia de cliente excepcional es un superpoder que no tienen muchas empresas, según TEK Systems el 84% de los clientes dicen que su experiencia es tan importante como los servicios que presta una organización. Más allá de lo legal, un número creciente de empresas se basa ahora en el NPS (Net Promoter Score) para medir la calidad del servicio y el valor que proporcionan. El seguimiento de si los clientes son propensos a recomendar sus servicios es poderoso en esta era digital. Dar prioridad a la experiencia del cliente ayuda a crear servicios habilitados por la tecnología que reflejan mejor las necesidades del mercado.
El modelo de negocio jurídico está centrado en el abogado, y no fomenta la colaboración entre departamentos. Aunque las organizaciones están invirtiendo en tecnología para mejorar el negocio, la adopción de la tecnología varía según los equipos. Esto limita las oportunidades para que los diferentes expertos (que no son abogados) compartan ideas e inspiren mejores formas de hacer las cosas, es decir, la inteligencia colectiva. Aunque la inteligencia colectiva permite a los equipos aprovechar los conocimientos de las redes internas, los silos pueden ser perjudiciales para la cultura del lugar de trabajo (más de lo que las organizaciones creen). Una mayor colaboración interna permitirá que los conocimientos jurídicos se mezclen con el esfuerzo técnico sin problemas y que informen de las mejoras prácticas.
La comunidad de clientes ya no es lo que era: El impacto de la economía colaborativa. El año 2021 marcó el inicio de una nueva ola de interés por las monedas digitales, ¿un signo de un cambio creciente hacia la globalización, tal vez? Los entusiastas de las criptomonedas sostienen que la idea del dinero físico se está volviendo rápidamente redundante, este mensaje está ganando cada vez más fuerza debido a una creciente necesidad de transparencia y de compartir. Los clientes eligen a los proveedores en los que confían, la cultura de los influencers existe probablemente debido a esta creciente necesidad de autenticidad. Esto se traduce finalmente en la forma en que los abogados se comprometen de forma significativa en un mundo en el que la experiencia ya no reina, sino que necesitan compartir más. A nivel individual, esto también significa que los abogados tienen que pensar más allá de las oportunidades en sus mercados nacionales. Tienen que crear redes con otros expertos en la materia de otras regiones. Los proveedores de tecnología van por delante en este aspecto, hay mucha consolidación en el mercado para hacer exactamente eso: dar a las empresas una parte del pastel (proverbial) global.
Este es un ámbito en el que el mercado jurídico debería tomar nota de las empresas tecnológicas. Las empresas tecnológicas invierten mucho en comunidades de clientes. Es más difícil trasladar esta noción a los modelos de negocio en el ámbito jurídico, pero a medida que el derecho se va convirtiendo en una mercancía, las comunidades digitales de clientes pueden ayudar a definir lo que necesitan los clientes. Una vez más, las comunidades digitales se basan en el intercambio, que históricamente no es a lo que están acostumbrados los equipos jurídicos, sin embargo, estas comunidades permiten conversaciones abiertas que transmiten los intereses del cliente e inspiran una mejor resolución de problemas.
Para concluir, la centricidad del cliente es clave para la transformación digital y el modelo de negocio legal necesita ajustarse a esto. Para construir una imagen realista de cómo las soluciones pueden servir mejor a las necesidades de los clientes, las organizaciones necesitan aprovechar el conocimiento de las redes internas y construir redes de clientes externos que ayuden a definir por qué y cómo están posicionados de forma única para proporcionar valor.
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