El flamante Santiago Bernabéu, recién remodelado y testigo de grandes eventos deportivos y musicales, se enfrenta ahora a una controversia legal que involucra su licencia de funcionamiento. Según se ha revelado recientemente, los conciertos y partidos que se han celebrado este año en el estadio del Real Madrid podrían haberse realizado sin los permisos necesarios. La denuncia, impulsada por la Asociación Vecinal de Perjudicados por el Bernabéu, señala que la instalación carece de la licencia actualizada para su uso tras las obras que se han venido realizando desde 2019.
El conflicto comenzó cuando los vecinos, cansados del ruido y los inconvenientes provocados por los eventos, decidieron investigar si todo estaba en regla. Lo que descubrieron fue sorprendente: el estadio estaría funcionando bajo una licencia de 2001, mucho antes de que las ambiciosas reformas que transformaron el Bernabéu comenzaran. Este permiso, caducado y limitado a una parte del estadio (el tercer nivel de graderías del fondo sur), habría sido utilizado para autorizar conciertos celebrados entre abril y septiembre de 2024, y no solo los eventos deportivos.
El tema no quedó solo en quejas. El pasado 9 de octubre, los vecinos, representados por un abogado, presentaron un recurso en los juzgados de Madrid denunciando que el estadio no cuenta con la licencia de funcionamiento necesaria para eventos de ningún tipo, ni musicales ni deportivos. El juzgado, si bien ha admitido parte de la querella, únicamente por un presunto delito medioambiental, ha descartado por ahora los delitos de prevaricación que los denunciantes atribuían al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y al Delegado de Urbanismo, Borja Carabante.
Los vecinos no se rinden y han solicitado que el juzgado reconsidere su decisión y reabra la causa contra las autoridades municipales, argumentando que tienen nuevos datos que podrían implicar a Almeida y Carabante en un posible delito de prevaricación.
El problema de fondo es que las obras del Bernabéu, que comenzaron en 2019, aún no están completamente finalizadas. Las vallas, maquinaria y material de construcción siguen presentes en las calles cercanas al estadio, lo que, según los vecinos, demuestra que la remodelación no ha concluido y, por tanto, no debería haberse otorgado ninguna licencia de funcionamiento nueva.
De hecho, el Ayuntamiento de Madrid aún no ha expedido el permiso necesario para garantizar que las reformas cumplan con todos los estándares de seguridad, medio ambiente y sanidad. Sin esta licencia, argumentan los denunciantes, no debería permitirse el uso del estadio ni para partidos de fútbol ni para conciertos, una situación que se ha ignorado desde hace meses.
Una de las novedades más polémicas que aporta esta denuncia es la sospecha de que la Comunidad de Madrid, la administración responsable de autorizar los eventos en la ciudad, pudo haber sido engañada. Los vecinos aseguran que, tras solicitar acceso a la documentación presentada por los organizadores de los conciertos, descubrieron que el documento utilizado para obtener los permisos era la vieja licencia de 2001, sin mencionar que el estadio había sufrido una reforma profunda desde entonces.
Los querellantes argumentan que, con esta licencia obsoleta, los organizadores habrían engañado a la Comunidad de Madrid, que concedió los permisos bajo la creencia de que todo estaba en regla. Ahora, los vecinos piden que se investigue si realmente hubo un error por parte de la Comunidad o si actuaron sabiendo que la licencia no era válida, algo que también podría derivar en responsabilidades legales para los funcionarios que participaron en el proceso.
De momento, el caso está en manos de los tribunales, y el resultado es incierto. Lo que está claro es que la situación del Santiago Bernabéu ha generado un nuevo frente de polémica, sumándose a las quejas habituales de los vecinos por el ruido y el impacto que los eventos tienen en la vida cotidiana del barrio.
El Real Madrid, por su parte, no ha hecho declaraciones públicas al respecto, y el Ayuntamiento de Madrid tampoco ha respondido oficialmente a las acusaciones de la Asociación Vecinal. Mientras tanto, tanto los vecinos como las autoridades esperan que los juzgados determinen si se han cometido irregularidades en el uso del estadio y si, efectivamente, el Bernabéu ha estado operando sin las licencias necesarias desde el comienzo de las obras en 2019.