Partiendo del concepto introducido por Albert Wu en 2000 –sobre el profesional sanitario que se convierte en segunda víctima tras cometer un error no intencionado– este artículo adapta dicha perspectiva al ámbito jurídico. Además, explora cómo el despacho legal también puede sufrir efectos negativos, asumiendo el rol de tercera víctima.
Artículo completo
La segunda y tercera víctima en la abogacía: cuando el error no intencionado hiere también al abogado y a su firma
En derecho, estas prácticas aún están ausentes, pero podrían incluirse en formatos como:
1. Protocolos de gestión del error que permitan una revisión constructiva.
2. Redes de apoyo profesional o emocional para abogados.
3. Comunicación transparente y estratégica con clientes para evitar crisis reputacionales.
4. Capacitación para transformar el error en oportunidad de mejora, evitando escaladas innecesarias.
1. Origen y definición del fenómeno de la "segunda víctima"
El término second victim fue acuñado por Albert Wu para describir el profundo impacto emocional que suelen experimentar los profesionales de la salud tras eventos adversos que afectan a un paciente, incluso sin mala praxis. Este concepto ha sido ampliamente reconocido en estudios sobre seguridad del paciente y salud profesional
Según el Consorcio Europeo ERNST (2024), la definición amplia a “cualquier profesional sanitario directa o indirectamente involucrado en un evento adverso imprevisible, error no intencionado o lesión al paciente, que se ve negativamente afectado”.
Los efectos incluyen culpa, ansiedad, pérdida de confianza, insomnio, síntomas de estrés postraumático, e incluso el suicidio o el abandono profesional. Todo ello tiene un coste importante a nivel personal y profesional, así como para las organizaciones. En los últimos años se han establecido estrategias de apoyo como programas de pares, atención psicológica o “primeros auxilios emocionales” que han demostrado su eficacia
2. Aplicación al derecho: quiénes son las segundas víctimas
En el ámbito jurídico, un abogado puede cometer un error no intencionado- una omisión en la presentación de una prueba, un cálculo incorrecto de un plazo procesal, una interpretación defectuosa de una norma— que, sin ser fruto de negligencia grave ni mala praxis, deriva en un resultado negativo para su cliente.
En estos casos, el impacto más evidente recae sobre el cliente y su familia: pérdida del caso, perjuicios económicos, o la imposibilidad de reparar un derecho vulnerado. Esta es, sin duda, la primera víctima.
Pero detrás de cada expediente, hay también una persona que ejerce la abogacía, que puede verse devastada por la conciencia de que un acto u omisión propio ha tenido consecuencias dolorosas para otro. Este profesional, al igual que ocurre en medicina, se convierte en la segunda víctima.
El abogado, al sentir responsabilidad y culpa por el daño causado, puede enfrentar:
- Culpa y auto-reproche, con pensamientos recurrentes sobre lo ocurrido y la pregunta constante de “¿y si…?”.
- Ansiedad y pérdida de confianza en su propio criterio profesional.
- Aislamiento por miedo al juicio de colegas o a la reacción de la comunidad profesional.
- Consecuencias reputacionales que, aun sin sanciones formales, afectan a su carrera.
- Síntomas físicos y emocionales, miedo, ansiedad, vergüenza, ira, insomnio, ansiedad, estrés postraumático que pueden derivar en agotamiento, depresión o abandono de la profesión.
Aunque la literatura jurídica aún no ha desarrollado ampliamente este tema, existen estudios en medicina que muestran cómo incluso demandas por mala praxis generan efectos duraderos en el profesional, afectando su bienestar y desempeño.
Se ha descrito una trayectoria de recuperación predecible de la segunda víctima consistente en 6 fases: caos y respuesta al accidente, pensamientos intrusivos, restaurar la integridad personal, soportar la inquisición, conseguir apoyo emocional, y seguir adelante (abandono, supervivencia o superación).
3. La tercera víctima: el despacho legal
De forma similar y a modo de analogía extraída del sector salud algunos estudios definen a la tercera víctima como el sistema u organización que también sufre tras un evento adverso
En el contexto jurídico, el despacho o firma legal puede convertirse en tercera víctima si enfrenta:
- Daño reputacional, que afecta la confianza de clientes.
- Pérdidas económicas, ya sea por indemnizaciones, caída de ingresos, aumento en primas de seguros.
- Tensiones internas, por procesos disciplinarios o litigios.
- Clima laboral deteriorado, con profesionales más reacios a tomar casos complejos por temor al error.
Este impacto organizativo complementa el sufrimiento individual del abogado con consecuencias sistémicas propias del despacho.
4. El silencio y la cultura del error. Propuestas transformadoras
En muchos ámbitos, la cultura profesional en derecho sigue siendo de perfeccionismo rígido y tolerancia cero al error. Reconocer públicamente un fallo puede percibirse como una amenaza a la reputación y a la capacidad de ejercer, lo que empuja a los abogados a vivir estas experiencias en soledad.
A diferencia del sector sanitario, donde empiezan a implantarse programas de apoyo y protocolos para gestionar el error, en el mundo jurídico apenas existen mecanismos de acompañamiento emocional o de reflexión constructiva sobre estas situaciones.
En medicina, se ha avanzado hacia una cultura justa que reconoce la falibilidad humana e impulsa apoyos internos—como programas de apoyo por pares o mecanismos de resiliencia profesional.
Denham, en un artículo publicado en 2007, propone cinco derechos para las segundas víctimas. Estos cinco derechos pueden ser recordados mediante el acrónimo TRUST por sus siglas iniciales en inglés: T (treatment trato justo); R (respect-respeto); U (understanding – comprensión – y compasión); S (supportive care – apoyo); T (transparency -transparencia y oportunidad para contribuir)
En derecho, estas prácticas aún están ausentes, pero podrían incluirse en formatos como:
1. Protocolos de gestión del error que permitan una revisión constructiva.
2. Redes de apoyo profesional o emocional para abogados.
3. Comunicación transparente y estratégica con clientes para evitar crisis reputacionales.
4. Capacitación para transformar el error en oportunidad de mejora, evitando escaladas innecesarias.
Conclusión
El fenómeno de segunda víctima es real y genera profundas repercusiones personales y profesionales en el ámbito jurídico. El despacho también puede ser víctima de dichos errores, asumiendo el rol de tercera víctima. Adaptar modelos más humanizados, como el apoyo emocional, “just culture” y comunicación abierta, puede proteger tanto al abogado como a la firma y, en última instancia, al cliente.
§ Wu AW. Medical error: the second victim. BMJ. 2000;320(7237):726–727.
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/10720336/
§ Mira J, Carillo I, Tella S, Vanhaecht K, Panella M, Seys D, Ungureanu M-I, Sousa P, Buttigieg SC, Vella-Bonanno P, Popovici G, Srulovici E, Guerra-Paiva S, Knezevic B, Lorenzo S, Lachman P, Ushiro S, Scott SD, Wu A and Strametz R (2024) The European Researchers’ Network Working on Second Victim (ERNST) Policy Statement on the Second Victim Phenomenon for Increasing Patient Safety. Public Health Rev 45:1607175. doi: 10.3389/phrs.2024.1607175
§ Seys D, Panella M, Russotto S, Strametz R, Mira JJ, et al. In search of an international multidimensional action plan for second victim support: a narrative review. BMC Health Serv Res. 2023;23:816. https://bmchealthservres.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12913-023-09332-2
§ Scott SD, Hirschinger LE, Cox KR, McCoig M, Brandt J, Hall LW. The natural history of recovery for the healthcare provider "second victim" after adverse patient events. Qual Saf Healthcare. 2009;18(5):325-330. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19812092
§ Sachs CJ, Wheaton N. Second Victim Syndrome. [Updated 2023 Jun 20]. In: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2025 Jan-. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK572094/?utm_source=chatgpt.com
Comentarios
Enlaces relacionados
Menú principal
