El diseño legal, probablemente sea- después del sexy Legal Tech y el súper citado New Law- uno de los hashtags y términos más utilizados actualmente por abogados, sobre todo por aquellos abogados que han volcado su interés en la innovación legal. Este artículo va dirigido a dar una pincelada del concepto de Legal Design desde mi perspectiva y experiencia personal, así como a compartir algunos insights sobre el nacimiento de ésta disciplina que representa la intersección entre derecho, tecnología y diseño, pero lo más importante vamos a intentar visualizar los siguiente pasos de ésta disciplina.
Take home
El diseño legales una forma de repensar -y también de actuar- sobre muchas cosas que identificamos como desafíos del sector jurídico y problemas de acceso a la Justicia
Artículo completo
Guía hacia el diseño legal, qué es, cómo surge y hacia a dónde vamos
La primera vez que escuché el término legal design lo relacioné -en primera instancia y de manera casi automática- con el arte y no con la tecnología, eso vino después…
La cuestión es que después de haber leído múltiples artículos, después de haber asistido a numerosos MeetUps, incontables charlas con personas de la comunidad Legaltech y de Legal Design de todo el mundo, pude arribar a la conclusión siguiente: “El legal design es mucho más que una disciplina académica o una disciplina que interactúa con otras o la mera intersección entre tecnología, diseño y derecho, es un MINDSET sí así como lo leen, una forma de pensar distinta, auténtica y fresca que permite reciclar lo que no sirve y reutilizarlo de forma más eficiente, reinventar lo obsoleto, mejorar muchos procesos que necesitaban cambio o una nueva perspectiva.
En definitiva el Legal design es una forma de repensar – y también de actuar- sobre muchas cosas que identificamos como retos del sector legal y problemas de acceso a la justicia para así poder no solo transformarla, sino rediseñarla, siendo capaces de soltar y dejar ir lo que ya no procede, agradeciendo por los buenos tiempos- como en una relación, del tipo que fuese- y creando y/o diseñando en el presente un futuro con verdadero acceso a la justicia, un derecho comprensible- y entendible por todos sus usuarios- pero sobretodo una adecuada provisión de servicios legales legítimamente útiles, usables y mejorables.
Particularmente, creo que el diseño como tal ha existido desde tiempos inmemoriales y los ejemplos son diversos como el descubrimiento del fuego hasta el diseño de la rueda o el propio diseño y creación de Internet como la conocemos actualmente, que surgió en 1983, aproximadamente.
Yo tengo la particular teoría que casi todo ya está creado y/o diseñado y que por lo tanto son menos las cosas que realmente se pueden crear 100% desde cero y que realmente no son una versión mejorada o rediseñada de otra anterior, de hecho creo más en el rediseño – igual es una teoría en estado beta cambiante- de cualquier forma los ingredientes principales en el proceso de diseño para mí son la curiosidad y la capacidad de identificar necesidades y problemas de los usuarios para hallar soluciones o mejorar procesos que permitan solucionar dichos problemas.
Lamento decepcionar a algunas personas, pero realmente no hay una fecha precisa para indicar el nacimiento del Legal Design propiamente dicho y si la conocen los invito a colocarla en los comentarios, prometo echarle un vistazo. Lo que sí puedo indicar son algunos hitos y algunas ideas propias al respecto del surgimiento de éste mindset.
En sentido vale la pena destacar lo siguiente:
2013: Se funda el Legal Design Lab a cargo de la escuela de Derecho y el D.School (design school) de Stanford a cargo de Margaret Hagan
2014-2015: Aparecen muchos interesados del sector legal, tecnología y diseño en el tema con brillantes ideas al respecto de la utilización y empleo del Legal Design para el desarrollo de productos y servicios en el sector legal, se crea el network de Legal Design alrededor del mundo.
2016: The Legal Design Summit fue fundado y organizado por las firmas finlandesas Hellon (diseño de servicios) y Dottir Attorneys (servicios legales) en colaboración con otras firmas y universidades e iniciativas como el Legal Design Lab de Stanford. La última edición se celebró el 2019 en Helsinki.
En todas las ediciones participaron personas que venían aplicando esto hace tiempo, sin necesidad de tener “una etiqueta” o “acuñarle un nombre” al asunto de “pensar diferente y fuera de la caja” en pro del “derecho a entender” como mis amigos: Astrid Kohlmeier, Jose Fernando Torres Varela, Stefania Passera, Santiago Pardo, entre otros, pero también otros tantos que pese a no haber participado como speakers o no haber asistido a éstos eventos venían desarrollando cosas geniales como Robert de Rooy, Anna Posthumus, María Jesús Gonzáles Espejo, Lieke Bieleen, Lina Krawietz, Tessa Manuello, entre otros.
Finalmente, otros que no pudieron asistir a los eventos que a través de su trabajo en el equipo de diseño de servicios propiamente dicho, vienen desarrollando productos y servicios muy interesantes como Angélica Flechas. Somos menos, pero ahí vamos.
Pero hay un detalle importante que no debemos olvidar y es el hecho de que ésta disciplina, mindset o lo que fuese que el legal design represente le debe su nombre al pensamiento de diseño (design thinking) y ese sí que tiene una fecha más clara de inicio y es el año de 1978 junto con el nacimiento de IDEO, quienes textualmente en su página comentan lo siguiente:
“…IDEO está asociado, a menudo, con la invención del término "pensamiento de diseño" y su práctica. De hecho, el pensamiento de diseño tiene raíces profundas en una conversación global que se ha estado desarrollando durante décadas. En IDEO, hemos estado practicando el diseño centrado en el ser humano desde nuestros inicios en 1978, y tomamos la frase "pensamiento de diseño" para describir los elementos de la práctica que encontramos más aprensibles y enseñables: empatía, optimismo, iteración, confianza creativa, experimentación y un abrazo de ambigüedad y fracaso. Sabíamos por experiencia que nuestros clientes valoran estas habilidades tanto como valoran los diseños que creamos para ellos (…) Queremos enseñar a las personas a usar el pensamiento de diseño en sus vidas, comunidades, empresas y organizaciones…”.
Lo que sigue es una paráfrasis sobre otras ideas que comenta IDEO y las mías al respecto del pensamiento de diseño: “…Como mentalidad y metodología, el pensamiento de diseño es relativamente joven…”, y de eso no nos queda duda alguna.
“…Hoy en día, el pensamiento de diseño se ha convertido en un lenguaje común en muchas industrias y disciplinas. El enfoque es fresco y eficaz, y los recién llegados pueden aprender fácilmente e interactuar productivamente con él…”. De eso me queda menos duda aún pero, muchísimo cuidado porque “…también es fácil quedarse atascado en los movimientos básicos del pensamiento de diseño…”, tales como la mera visualización, o diseñar contenidos e información.
Sin embargo; “…aún faltan oportunidades para una integración más completa. Como el concepto se ha extendido, no siempre ha conservado un significado consistente, ni una profundidad uniforme…” y me temo que identifico cierto ánimo de lucro y falta de propósito en algunos agentes que pretenden aplicar el pensamiento de diseño para el mero desarrollo de servicios productos o plataformas que no necesariamente son útiles y sostenibles en el tiempo, perdiendo de vista el verdadero para qué de ésta metodología.
“…El término "pensamiento de diseño" se puede utilizar como moneda sin un verdadero compromiso de entender y aplicar la práctica. En IDEO, creemos que aplicar el pensamiento de diseño con integridad significa continuar profundizando y refinando, para ser estudiantes y practicantes de por vida al mismo tiempo…” y esa última frase si que me toca el corazón porque creo firmemente en que independientemente del sector que seas o en el cual trabajes somos como esponjas que se adaptan y que son capaces de absorber conocimiento de manera constante. Como dice un amigo y mentor llamado Luis Félix: debemos estar en estado beta constante.
Lo que me gusta también de ésta sección de historia de IDEO es que mencionan algunos hitos adicionales que quizás pocos conocen pero que son relevantes y necesarios de recordar:
“…Antes del advenimiento del pensamiento de diseño, hubo numerosos enfoques, practicantes, escritores y libros que allanaron el camino.
Don Koberg's 1971 The The Universal Traveler: A Soft-Systems Guide to Creativity, Problem-Solving, and the Process of Reaching Goals
George Nelson's seminal 1977 book How to See: A Guide to Reading Our Man-Made Environment ;
Robert McKim's 1972 book, Experiences in Visual Thinking…”
¿Alguna idea al respecto? Esto es interesante -antes lo tenía mucho más claro-, pero sinceramente ante la coyuntura actual 100% VUCA (Volatility, Uncertainty, Complexity y Ambiguity) que reina a nivel mundial-incluso antes de la COVID-19, solo puedo hacer referencia a Sócrates que solo sé que no sé nada, y que lo poco que creo saber, intento mejorarlo, transformarlo, diseñarlo o redieñarlo y ponerlo al servicio de los demás y creo que es una buena sugerencia para todos; de cualquier manera prometí ensayar algunas predicciones y aquí van, y seguro hay algunas algo similares y otras adicionales a las que Denis Potemkin nos comentó en el evento “Future of contracting”.
Bueno sin más preámbulo aquí van las mías:
1.Diseño regulatorio. - Si somos capaces de visualizar contratos y manuales, creo que es momento de aplicar el diseño a la regulación y no necesariamente usar Sketch, Canva o lo que usen, sino aplicar el pensamiento de diseño – y otros- para mejorar los procesos de diseño regulatorio y tener normas geniales en un corto plazo, donde también participen co-creando los ciudadanos que son a las finales los verdaderos consumidores de las normas en cada país o región.
2.MORE UX writting en los contratos.- Mucho se habla del diseño de contratos y servicios digitales y no digitales, visualización de los mismo, el UX/UI, como debe verse o lucir pero precisamente el diseño como hemos mencionado anteriormente, pretender mejorar la identificación de problemas para solucionarlos y el entendimiento entre las personas, mucho tiene que ver el “diseño del mensaje” pues solo a través de un buen diseño del mensaje, las partes serán más capaces de entender verdaderamente lo que pueden o no hacer, a qué jurisdicción acudir o no, entre otros, que hagan las interacciones entre los usuarios más dinámicas, eficientes y eficaces.
3.Contratos 100% digitales, que realmente estén integrados. - Integrados en el sentido que esos tramos de identificación, firma, y posteriores contingencias puedan solucionarles de manera online también en el mejor de los casos y sobretodo para poder continuar con el ciclo de manera normal a pesar de las adversidades o circunstancias que pudieran presentarse. Ello implica integrar los contratos con tecnologías o soluciones tecnológicas como: Onboarding digital, Blockchain, firmas electrónicas, Cloud, entre otras que quizás estoy desarrollando en el trabajo al igual que otros amigos y por “secreto profesional y lealtad” no puedo revelar.
4.Contratos de audio por dispositivos de voz o interfaces de voz. - Considero que quizás es ésta la hazaña más ambiciosa y hace un tiempo con algunos amigos desarrolladores y diseñadores leo mucho al respecto y he comentado esta idea con algunos colegas y lo primero que escuché fue no es posible o no se de alguien que lo haga hoy, pero creo que eso solo hizo que me ponga aún más ansiosa y curiosa al respecto.
Hace un tiempo participé en una comunidad VUI donde he empezado con cosas básicas de rediseño de skills de interfaces de voz, pero siempre he creído que debido a mi pasión por la música y mi pasión por la accesibilidad es que creo que aunque hoy no lo veamos viable por una serie de parámetros, estándares, regulación sobre seguridad de datos, entre otros.
Los contratos de audio son parte del futuro deseable que me gustaría implementar en el derecho, necesito ayuda con ese experimento, pueden dejarme sus comentarios y podemos charlar y pensar más al respecto juntos e intercambiar información sobre lo que se viene haciendo o no al respecto.
5.Una perspectiva de diseño holístico .- Esto quizás debería ir primero, pero lo dejé al final porque merece incluso un artículo completo (que pronto viene) pero menciono lo siguiente, nos hemos pasado mucho tiempo pensando que el Derecho era la mera aplicación de las fuentes del Derecho que fueron escritas muchas de ellas en un pasado que no es, ni por asomo, parecido al panorama actual- quizás en algunas cosas- pero no en todas y muchas de esas normas y códigos.
Así como jurisprudencias en los países anglosajones se hicieron en base a la observación, experimentación – algunas otras en base a la arbitraria imposición-, pero algo de diseño hubo, y si nos vamos mucho más atrás a los inicios del derecho griego, ahí donde nació todo, veremos que el Derecho no era solo una cajita de normas o resoluciones que se aplicaban sin mayor motivo, sino que eran el resultado de la intersección de diferentes perspectivas, ciencias y disciplinas como el comportamiento humano, biología, economía, teatro, oratoria que nutrían el derecho y era el vehículo más importante para lograr el tan anhelado fin de la justicia, una justicia que no estaba reducida a un mero trámite, un mero proceso o un mero papel y que formaba juristas que interactuaban con colegas de otras profesiones y tenían interesantes tertulias y debates para mejorar su comunidad.
Conclusión
Hoy en día tenemos la oportunidad de hacer lo mismo, de reconectar con ese origen- mejorarlo- y, como dicen los amigos de IDEO, de poder integrar realmente el pensamiento de diseño en nuestra práctica que debe ser más receptiva a las mejoras; buscar reinventarse, soltar lo que ya no funciona, dar las gracias por los tiempos pasados, comunicarse con otros agentes de cambio de otros sectores e industrias y tomar lo mejor de sus prácticas y procesos para crear un mejor derecho que impacte positivamente en los consumidores finales que son los usuarios del mismo.
Pero, sobretodo, que resalten aquellos abogados centrados en las personas que diseñen, rediseñen o creen derecho para las personas, termino diciendo lo siguiente: “Tengo como objetivo a corto plazo ver a más profesionales trabajando juntas para crear un mejor Derecho para las personas”.
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