Spinelli ha llegado a un acuerdo con la Fiscalía en el que ha admitido los hechos de los que se le acusaba aceptando la pena de tres años y dos meses
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El expresidente y el exdirigente del Génova y Livorno son condenados por corrupción
El mundo del fútbol vuelve a verse afectado por una polémica de corrupción. El expresidente de la región de Liguria, Giovanni Toti, y el empresario italiano Paolo Spinelli, exdirigente de los clubes de fútbol Génova y Livorno, están en el centro de un caso de corrupción que ha sacudido el norte de Italia. Ambos han alcanzado acuerdos con la Fiscalía que les permiten evitar un juicio mediático, aunque las condenas parecen inevitables. Lo que comenzó como una investigación sobre el puerto de Génova ha terminado por involucrar a figuras destacadas del panorama político y empresarial italiano.
Paolo Spinelli ha aceptado una pena de tres años y dos meses de prisión tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía de Génova. El pacto incluye, además, la confiscación de 400.000 euros y la prohibición de participar en contratos con la Administración pública. Este movimiento busca, según sus abogados, proteger a la familia del empresario del "daño mediático" que conllevaría un juicio público. Spinelli, que en su día fue una figura respetada en el mundo del fútbol italiano, ha visto cómo su reputación se desploma tras aceptar los cargos de corrupción y financiación ilícita.
En el mismo proceso judicial está involucrado Giovanni Toti, quien fuera presidente de Liguria hasta que se vio forzado a dimitir tras su arresto en mayo de este año. Toti ha pactado una pena de dos años y un mes de prisión, aunque su condena será conmutada por 1.500 horas de trabajo comunitario. También deberá abonar 84.000 euros, cantidad que la Justicia considera que recibió en sobornos de Spinelli y otras empresas a cambio de favores en concesiones del puerto de Génova, autopistas locales y privatizaciones de espacios públicos.
Este sistema de sobornos, que según la Fiscalía estuvo en marcha entre septiembre de 2021 y marzo de 2023, permitió que Toti y otros implicados recibieran importantes sumas de dinero a cambio de beneficios administrativos y económicos. La investigación, que empezó a raíz de una serie de concesiones sospechosas en el puerto de Génova, destapó un complejo entramado de corrupción que se extendía también a las autopistas locales y otros sectores estratégicos de la región.
Toti, que fue uno de los hombres de confianza de Silvio Berlusconi durante su etapa en Forza Italia, ha visto cómo su carrera política se ha desmoronado a medida que se profundizaba la investigación. En julio, mientras se encontraba en arresto domiciliario, decidió renunciar a la presidencia de Liguria, lo que abrió la puerta a nuevas elecciones en octubre para elegir a su sucesor. En sus primeras declaraciones tras el acuerdo con la Fiscalía, Toti admitió que tenía “sentimientos encontrados” sobre la resolución, sintiéndose aliviado por evitar un juicio prolongado pero “amargado” por no haber podido demostrar su inocencia por completo.
Además de Toti y Spinelli, otro actor clave en este caso es Emilio Signorini, ex presidente de la Autoridad Portuaria de Génova, quien también ha llegado a un acuerdo con la Fiscalía. Signorini, que fue arrestado junto a Toti y Spinelli en mayo, aceptó cargos similares en relación a este sistema de favores y sobornos.
La trama se sustentaba en sobornos directos a cambio de beneficios claros para los empresarios involucrados. Según la Fiscalía, Toti recibió más de 74.000 euros en pagos ilícitos, además de otras compensaciones, como favores publicitarios y la privatización de espacios públicos clave en la región de Liguria. Esta red de corrupción no solo afectó al puerto de Génova, sino que se extendió también a la gestión de autopistas y otros proyectos estratégicos de infraestructura.
El caso ha tenido un gran impacto mediático en Italia, especialmente en el norte del país, donde tanto Spinelli como Toti eran figuras influyentes. Spinelli, además de su faceta empresarial, era conocido por su vinculación al mundo del fútbol, habiendo presidido clubes históricos como el Génova y el Livorno. Toti, por su parte, fue visto durante años como el "delfín" de Berlusconi, lo que le permitió ascender rápidamente en la política regional y nacional.
Ahora, ambos se enfrentan a un futuro incierto. Mientras que Spinelli pasará varios años en prisión, Toti intentará reconstruir su vida tras cumplir con las horas de trabajo social impuestas por su acuerdo judicial. A pesar de sus intentos por evitar un juicio público, la mancha de este escándalo de corrupción es difícil de borrar, y es probable que tanto su carrera política como su reputación queden seriamente dañadas.
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