Deloitte ha aceptado pagar 34 millones de dólares para resolver una demanda colectiva presentada por inversores de SCANA Corporation, empresa eléctrica de Carolina del Sur, tras el colapso de su ambicioso proyecto nuclear “V.C. Summer”. El caso pone de relieve los crecientes riesgos jurídicos y reputacionales de las firmas de auditoría globales y plantea cuestiones de fondo sobre la responsabilidad profesional.
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Deloitte paga 34 millones de dólares por su auditoría en el fiasco nuclear en EE.UU: lecciones para las firmas globales
Antecedentes: un fracaso nuclear
SCANA emprendió la construcción de dos reactores nucleares que debían asegurar miles de millones en créditos fiscales federales. Sin embargo, el proyecto acumuló sobrecostes y retrasos crónicos, y fue abandonado en 2017, dejando a los inversores con pérdidas estimadas en más de 800 millones de dólares.
Las acusaciones contra Deloitte
Como auditor externo de SCANA, Deloitte aprobó durante años informes financieros “limpios”, pese a advertencias internas y señales claras de inviabilidad del proyecto. Según los demandantes, Deloitte incumplió su rol de garante al ignorar alertas y permitir la difusión de estados financieros engañosos.
El acuerdo
El 17 de octubre de 2025, Deloitte aceptó el acuerdo de 34 millones sin admitir responsabilidad. La firma afirmó que prefería resolver el litigio para evitar costes adicionales y distracciones.
Implicaciones jurídicas
El acuerdo se sitúa entre los más elevados alcanzados contra una firma de auditoría en demandas colectivas relacionadas con valores en la última década.
Un tribunal federal de Carolina del Sur había certificado la clase de inversores en 2024, lo que aumentó considerablemente la exposición de Deloitte.
El caso subraya la vulnerabilidad de las “Big Four” cuando fallos de auditoría se cruzan con sectores de alto riesgo como la energía y la infraestructura.
Lecciones para las firmas globales
- La responsabilidad profesional es real: las opiniones de auditoría no son formalidades, generan responsabilidad si se ignoran riesgos.
- Las demandas colectivas multiplican el riesgo: una vez certificada la clase, los daños potenciales se disparan.
- El compliance y la pericia sectorial son críticos: se requieren sistemas internos sólidos y expertos técnicos en proyectos complejos.
- La reputación es clave: más allá de la multa, la confianza en la firma es su activo más valioso.
Conclusión
El acuerdo de Deloitte demuestra que ni siquiera las mayores firmas globales están blindadas frente al litigio, la supervisión regulatoria y el daño reputacional. Para auditoras y despachos de abogados, el mensaje es claro: los guardianes profesionales deben actuar con diligencia, transparencia y visión, o asumirán las consecuencias jurídicas y financieras.
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