ChatGPT es el nombre que recibe un chatbot que se está convirtiendo en una herramienta muy conocida y una sensación en las redes sociales debido a las ventajas que ofrece en la creación de reportes, la explicación de temas complejos y hasta la escritura canciones populares. Incluso si su resultado puede resultar positivo, es una gran amenaza potencial para todas las profesiones, incluida la legal. Esto puede ser un asunto complejo porque es una inteligencia artificial (IA) la que decide sobre procedimientos legales y casos que pueden ser injustos ya que es una máquina y no un humano.

El bot está poniendo en un riesgo grande e importante el trabajo de los abogados ya que estudia y procesa una gran cantidad de datos e información en segundos y puede crear borradores o informes de una gran calidad. Esto se debe a que GPT utiliza algoritmos de aprendizaje automático para analizar cargas masivas de información desde fuentes básicas como artículos o libros y hasta fuentes legales especializadas.

El estratega empresarial, Morris Misel, ha afirmado que los licenciados en Derecho e investigadores legales son las primeras ocupaciones del sector que van a ser despedidas debido a la rapidez con la que los chatbots legales realizarán sus tareas. Sin embargo, también cita que esto no es nuevo en la profesión, ya que el uso estandarizado de las nuevas tecnologías ha estado invadiendo la industria legal y reemplazando los trabajos humanos desde hace mucho tiempo.

Cómo marcar la diferencia

Pero los abogados deben mantener la calma ya que se está produciendo un debate sobre el uso del bot, la batalla entre la sabiduría y el conocimiento. Es una verdad universal que el uso de las nuevas tecnologías brindará a los directivos de la empresa muchas ventajas económicas ya que abaratará los costos debido a que el chat ofrece una automatización de los servicios y hace innecesaria la intervención humana en algunos trabajos, específicamente en tareas simples e iniciales.

Ser un buen profesional del Derecho es más que poder crear textos generados por un algoritmo predictivo inteligente. Además, saber muchas cosas no es tan útil como una persona que ha desarrollado la capacidad de pensar crítica y creativamente sobre el caso de un cliente. Además, el chatbot no tiene empatía con los clientes e, incluso si aplica la información de su base de datos, puede generar resultados injustos ya que no es un ser humano que evalúa todos los aspectos más subjetivos del caso.

La nueva realidad actual da la oportunidad a los abogados y licenciados en Derecho de desmarcarse del chatbot e intentar aprovechar algunos aspectos que la tecnología no tendrá nunca, como las emociones y la empatía.