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¿Despidos masivos en Clifford Chance? mucho se ha publicado, pero cual es la realidad
La verdad de Clifford Chance Allianz Partners (Grupo Allianz) y HP
En las últimas semanas se ha reabierto un debate incómodo pero inevitable: ¿está la inteligencia artificial destruyendo empleo cualificado? El foco mediático ha apuntado a firmas de servicios avanzados, y el ejemplo más citado en el sector legal es el de Clifford Chance.
¿Qué sabemos del caso Clifford Chance?
Medios de referencia del mercado jurídico británico han informado de que Clifford Chance ha iniciado una reestructuración de su equipo de business services en Londres, las áreas de soporte no directamente vinculadas a la facturación jurídica, que implicará recortar en torno al 10% de sus puestos en esa oficina, estimados en unas 50 posiciones. La propia narrativa interna que recogen estos medios liga el ajuste a dos fuerzas complementarias, por un lado, la automatización por IA de tareas repetitivas (gestión documental, reporting interno, asistencia en flujos administrativos) y por otro la reorganización y centralización en hubs internacionales (una tendencia previa a la IA, pero acelerada por ella).
El matiz clave es que el impacto, al menos por ahora, no recae en los equipos de abogados, sino en funciones de apoyo. Es coherente con lo que está ocurriendo en muchas organizaciones: la IA primero transforma el “back office” y solo después replantea la cadena de valor principal.
La razón económica detrás del titular
Decir “despiden por la IA” es periodísticamente útil, pero conceptualmente incompleto, por no decir incorrecto, existe una diferencia entre:
IA como causa directa: hablamos de roles sustituidos porque una herramienta ejecuta la tarea mejor y más barato.
IA como habilitador estratégico: hablamos de la tecnología que permite rediseñar procesos, concentrar servicios, reducir capas operativas.
En Clifford Chance, por lo publicado, estamos en el segundo supuesto: la IA reduce el coste marginal de ciertas tareas y hace viable una estructura más ligera en centros caros como Londres.
Esta distinción importa jurídicamente porque afecta a la justificación empresarial del despido, a la negociación colectiva y a las obligaciones de recualificación: no es lo mismo “automatización sustitutiva” que “reorganización productiva con apoyo tecnológico”.
Casos reales fuera del sector legal para entender la tendencia
Aunque cada empresa tiene su contexto, 2025 ha dejado varios anuncios donde la IA aparece explícitamente asociada a recortes o reestructuraciones:
Allianz Partners (Grupo Allianz): Reuters informó de planes para reducir entre 1.500 y 1.800 puestos en su división de seguros de viaje, citando la adopción de IA para automatizar procesos, especialmente en call centers y gestión de siniestros.
HP: La compañía anunció un plan de recorte de 4.000–6.000 empleos hasta 2028, vinculándolo a un giro operativo hacia la IA para ganar productividad y ahorrar costes.
En ambos casos, las empresas presentan la IA como palanca de eficiencia, pero también pesan factores clásicos: presión de márgenes, nueva estrategia, y búsqueda de ahorro estructural.
Tres escenarios hipotéticos plausibles y lo que enseñan
A continuación, se presentan casos hipotéticos inspirados en patrones observados en el mercado. No describen hechos concretos, pero ayudan a visualizar cómo se materializa el impacto.
Caso hipotético A: banca internacional y automatización de cumplimiento
Un gran banco europeo decide implantar IA generativa para, cribado automático de alertas Anti-Money Laundering (AML), redacción inicial de informes de compliance y clasificación de documentación “Know Your Customer” (KYC) (“Conoce a tu cliente”). El supuesto resultado hipotético seria la reducción del 15% del equipo junior de cumplimiento en sedes centrales, mientras se crean nuevos puestos para supervisión de modelos, auditoría algorítmica y data governance.
Es importante decir que no es el fin del compliance, sino cambio del perfil de empleo: menos procesamiento manual, más control de sistemas.
Caso hipotético B: farmacéutica y procesos regulatorios
Una multinacional farmacéutica introduce IA para la extracción automatizada de evidencias clínicas, borradores de expedientes regulatorios y traducciones técnicas certificables, el resultado hipotético es que se recortan equipos externos de medical writing y parte del back office regulatorio; se refuerzan equipos internos altamente especializados que validan y corrigen la salida de la IA de forma que elimina proveedores y elimina tareas mecánicas, pero eleva la exigencia técnica de los roles que quedan.
Caso hipotético C: firma de auditoría y servicios financieros
Una “Big Four” despliega IA para conciliaciones contables masivas, detección de anomalías y generación automática de anexos, el resultado hipotético seria que caería la demanda de perfiles repetitivos en auditoría inicial, pero aumenta la contratación en analítica, ciber-riesgo y consultoría tecnológica, por lo que deberíamos tener en consideración que aquí la IA funciona como redistribuidor sectorial, destruye empleo en una línea y lo crea en otra.
¿Estamos pues ante una ola de despidos por IA?
La evidencia de 2025 sugiere una respuesta doble:
Sí hay recortes asociados a IA, sobre todo en tareas rutinarias y funciones de soporte. Allianz o HP lo reconocen en sus planes, pero rara vez es solo IA. La tecnología se mezcla con: ciclos económicos, consolidación empresarial, deslocalización, y presión por eficiencia. Por eso algunos analistas hablan más de “recomposición del trabajo” que de sustitución masiva inmediata. Además, encuestas globales apuntan a que una parte relevante de grandes empresas espera reducir plantilla por automatización en los próximos años y otras fuentes lo sitúan alrededor del 40% , pero al mismo tiempo prevén creación de empleo en perfiles digitales pero que en ningún caso podrán cubrir las bajas en otros departamentos o apartados
Implicaciones jurídicas y de gestión del talento
Para los despachos de abogados de todo el mundo, el caso Clifford Chance es un aviso temprano, pero que debe tenerse en cuenta, y de hecho algunos de los socios de las grandes firmas internacionales avisan de que van a frenar la contratación de abogados, aunque no lo quieren reconocer públicamente
Relevancia laboral: los despidos por reorganización tecnológica exigen justificar causa productiva/organizativa, y abren deberes de recualificación en sectores donde la IA se implanta como herramienta estructural.
Relevancia regulatoria: empieza a ser central el control de riesgos algorítmicos sesgos, trazabilidad, responsabilidad por errores, lo que genera nueva demanda jurídica
Relevancia estratégica: la IA no “quita trabajo” de manera uniforme; desplaza tareas y sube el valor de la supervisión experta.
Conclusión
Lo ocurrido en Clifford Chance no es todavía una distopía laboral, pero sí un síntoma. La IA no está sustituyendo al abogado por ahora, pero está rediseñando la arquitectura interna de las organizaciones profesionales. La pregunta ya no es si habrá impacto, sino dónde cae primero y qué capacidades sobrevivirán.
El reto para el sector legal no es resistirse a la automatización, sino anticiparla: invertir en perfiles híbridos, negociar transiciones justas y construir marcos de responsabilidad claros. Porque en esta fase, más que “despidos por IA”, lo que vemos es una economía que se reestructura alrededor de la IA. Pero estos tempranos síntomas son como los futuros en el mercado de valores, NOS ANUNCIAN CLARAMENTE QUE A CORTO PLAZO ALREDEDOR DE UN AÑO, LOS DESPACHOS DE ABOGADOS INICIARAN UN PROCESO DE CONTENCION DE LAS PLANTILLAS, SI NO DE REDUCCION.
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