Los despachos de abogados, durante mucho tiempo, han seguido un modelo de negocio tradicional que se basaba en el concepto de tiempo de venta o cómo se le conoce comúnmente, la hora facturable. La irrupción del uso estandarizado de las nuevas tecnologías y un mercado cada vez más apretado han puesto en crisis los métodos tradicionales del sector legal y demuestran la necesidad de un cambio.

La profesión legal siempre ha mantenido una mente muy conservadora en términos de lidiar con el cambio. Hoy en día, los clientes no quieren pagar únicamente por el tiempo dedicado a su caso, por lo que las firmas de abogados necesitan innovar y buscar nuevas oportunidades en sus modelos de negocio.

Nuevos modelos

El modelo de socios es uno de los más comunes en el sector legal. Se basa en unos pocos socios que proporcionan el capital inicial para el bufete de abogados, contratan asociados y, finalmente, se llevan las ganancias. A los asociados más talentosos se les puede ofrecer una posición de socio para mantener sus servicios de manera exclusiva. Además, los clientes eligen despachos de abogados en función de su reputación, por lo que es interesante que los socios iniciales busquen otros nuevos.

Una nueva oportunidad para obtener nuevos clientes y mayores ingresos es el uso de los nuevos servicios que ofrecen las tecnologías, en este tipo de modelos de firmas legales se puede promocionar los recursos que ofrecen en las cuentas de redes sociales para llegar a más clientes y construir una marca en torno a su presencia en la red. Internet.

Las firmas de abogados que trabajan en ciertos campos, como litigios civiles o compensación de trabajadores, generalmente reciben su capital a través de honorarios contingentes. Este modelo se basa en el éxito del trabajo del abogado en el resultado del caso. Para atraer nuevos clientes, este modelo de negocio debe centrarse en los casos en los que están seguros de que pueden ganar una gran recuperación monetaria.

Una nueva forma de obtener beneficios en el sector legal es el comercio minorista. Se basa en la especialización por la que pasan algunos abogados para poder cobrar por servicios específicos. Mediante este tipo de cobros, el profesional del derecho puede ofrecer el costo de los servicios de la firma al cliente de manera predecible. Además, la firma aumentará su capital ya que las previsiones implican la creación de un horario a cumplir que hará que los abogados trabajen de manera más eficiente.

Otro nuevo modelo que ha tenido éxito en los últimos años es el del bufete disperso. Su objetivo es ofrecer muchas soluciones para los profesionales del derecho que no quieren llevar un negocio legal. Tienden a realizar funciones de secretaría, administración y mercado, además de cubrir seguros legales. Siguiendo esta nueva práctica, se rompe con el pensamiento tradicional de lo que debe hacer un abogado y tiene una gran variedad de oportunidades en el sector legal.