En vista a la fecha de hoy 8M, Día Internacional de la Mujer, aprovechamos para hacer repaso, transparencia y reconocimiento de cifras. Porque al final del día, el feminismo como lucha social, se convierte en una cuestión numérica, una cuestión de representación. 

Nos encontramos ante una sociedad que ha dejado muy atrás (¡tanto como la revolución francesa!) la deslegitimización del patriarcado y la instauración de un sistema político con tendencias liberales e igualitarias; pero en la que todavía no se ha alcanzado verdadera democracia representativa y participación ciudadana de todos los grupos de interés en las instituciones. Y es por eso que la lucha feminista ha de perdurar sin pausa hasta una situación naturalmente justa de oportunidades, reconocimiento y respeto.

Comenzamos observando a EEUU, desde dos estudios de 2020, el primero realizado por American Bar Association en las facultades de derecho y el segundo por Minority Corporate Counsel Association sobre la diversidad en las firmas de abogados. En cuanto a los resultados, vemos que en el ámbito académico, las mujeres fueron el 54.5% de matriculadas en la carrera de derecho y 51.5% de graduadas de ese año; por otro lado, en el ámbito laboral, las mujeres llegaron a representar un 36.9% de todos los abogados del país, pero siendo 47.3% asociadas y solamente 22.3% socias en posición igualitaria. Por último, la brecha salarial sigue siendo notable en EEUU: la media de los ingresos semanales dista de $1.665 a $2.324, de acuerdo a la encuesta realizada en 2021 por el US Bureau of Statistics.

Contrastamos con Europa la realidad de las mujeres en abogacía, y esto es lo que muestran las estadísticas del CCBE (Consejo de la Abogacía Europea) con fecha de 2018: en Francia el 55.4% de los abogados son mujeres, en Reino Unido el 49% y en Alemania la cifra abaja a 35.9%, por poner algunos ejemplos.

El gobierno del Reino Unido publicó el pasado verano el informe anual sobre diversidad en el mundo judicial, donde se refleja que en la sociatura hay mayor disparidad. Así es que el 33% de las mujeres abogadas son también socias, pero sólo el 25% de ellas lo son también de capital; al hacer la imagen más grande, se reduce a 13.8% de abogadas socias, lo que muestra que en los puestos de mayor responsabilidad y poder, las mujeres están infrarrepresentadas. Asimismo, se puede también apreciar en este informe, que las mujeres con más de 19 años de experiencia no parecen retenerse en la profesión de la misma manera que sus homólogos masculinos, explicando así lo que sucede al formar familias.

Ahora sí, viendo estas cifras, puede parecer que hay muchas más mujeres abogadas que nunca, pero esto no significa que estén a gusto con las circunstancias coyunturales de la industria del derecho. En los números podemos ver que existen múltiples brechas salariales, pero además están los prejuicios relacionados con el género y desafíos diarios que los hombres normalmente no tienen que enfrentar. Por mencionar un ejemplo, The American Lawyer dio a conocer que el 82% de las mujeres abogadas que respondieron la encuesta anual (2021) del American Bar Association acerca de la práctica de la abogacía, reconocieron haber sido confundidas por empleados de menos nivel.

Pero recordando a Hans Rosling “estamos equivocados sobre el mundo y las cosas están mejor de lo que pensamos”; más bien se podría puntualizar que lo que está desacertado es nuestra manera de ver el mundo… Se ha hecho un gran progreso en lo que respecta a la situación de las mujeres, visible en el crecimiento de los porcentajes de las esferas académica y laboral, y aunque todavía quede camino por recorrer, conviene también conmemorar e incluso celebrar cada éxito que ha tenido la lucha de tantas mujeres hasta el momento.