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Una correcta vestimenta legal tiene consecuencias positivas: crea una buena relación de confianza, respeto y éxito

Las palabras tienen poder, ya sean habladas o escritas, pero ¿sabías que las investigaciones demuestran que las palabras sólo representan un 7% de toda la comunicación cara a cara? Según el investigador Albert Mehrabian, la friolera del 55% de toda la comunicación es no verbal, y el 38% restante es vocal.

Como miembro de la profesión jurídica, es indudable que domina el fino arte de la palabra hablada y escrita, tejiendo palabras impactantes y poderosamente emotivas para ganarse el favor de los jurados y establecer relaciones con otros miembros de su profesión. ¿Podría haber una herramienta secreta escondida a plena vista que podría aumentar la probabilidad de una comunicación eficaz? Sí. Lo creas o no, la respuesta es tu ropa. La elección de tu atuendo es un medio de comunicación no verbal que dice mucho de ti.

Recuerdas a Marcia Clark, ¿La fiscal del juicio de OJ Simpson en los años 90? A pesar de ser una fiscal de gran éxito, el aspecto de Marcia era objeto de discusión en todas partes, desde los medios de comunicación hasta las peluquerías y salones de todo el mundo.

Marcia Clark / Foto: POOL (AFP/GETTY IMAGES)

Las elecciones de estilo de Marcia contaban una historia sobre ella que le restaba profesionalidad, lo que dificultaba la conexión con su público. Aquí es donde entra en juego el coaching de imagen. El coaching de imagen puede ayudarte a alinear tu aspecto con lo que eres y lo que representas personal y profesionalmente. Dése una ventaja dentro o fuera de la sala y deje que su vestuario hable por usted. Aquí tienes tres razones por las que necesitas romper el código de vestimenta legal:

Crear una buena relación

Imagina que eres el abogado principal en un juicio y que la mayoría de los miembros del jurado son buenos estadounidenses de clase media. Tu trabajo es convencerlos de que se pongan de tu lado. Estás en medio de tus declaraciones de apertura, pero los ojos de nadie conectan con los tuyos, y la comunicación no verbal del jurado indica desinterés o, peor aún, desdén. ¿Cómo puede ser eso, si el juicio acaba de empezar? No estás conectando con ellos porque no se ven reflejados en ti o en tu cliente. Tal vez tus elecciones de ropa pueden cubrir el pago de una hipoteca, o simplemente no tienes un aspecto lo suficientemente profesional como para exigir atención.

Encontrar ese punto óptimo entre demasiado y demasiado poco es una forma sencilla pero eficaz de captar la atención de tu jurado y mantenerla donde la necesitas: de tu lado. Crear una buena relación con el jurado puede hacer que sea más receptivo a su mensaje, lo que puede tener un impacto positivo en sus resultados.

Ganarse la confianza

Como abogado, necesitas que la gente confíe en ti. Necesitas que la gente crea de verdad que tienes lo que hay que tener para representar sus mejores intereses. Necesitas que tu jefe crea que eres la mejor persona del equipo para el trabajo. Ninguna experiencia técnica puede ayudarte si tu historia de estilo envía un mensaje equivocado sobre ti.

Desarrollar unas sólidas habilidades de estilismo propias o subcontratar a un profesional puede ayudarte a tomar el control de tu narrativa de estilo y presentarte de una manera que gane a tus interesados y te ayude a aumentar la calidad y el calibre de tu cartera.

Ganarse el respeto

La simple adición de un vestuario bien seleccionado y una buena imagen puede ayudarle a ganarse el respeto de otros abogados y jueces. La gente se desvive por prestar ayuda a las personas que realmente les gustan y respetan. Contar con el respeto de sus compañeros y de los miembros más veteranos de la fraternidad jurídica es una herramienta necesaria que puede conducir a una mayor eficiencia y rendimiento en el trabajo. Aprender a vestirse para la sala y la oficina llevará tu carrera a cotas inimaginables. 

Vestirse para el éxito

Cierra los ojos e imagina lo último que te pusiste para reunirte con un nuevo cliente o para tener un cara a cara con tu jefe. ¿Qué mensaje crees que enviaste con tu atuendo? Si tu respuesta es otra cosa que no sea pulido, profesional y afín, entonces no te estás representando adecuadamente. La buena noticia es que ahora sabes qué hacer al respecto. Elige: diviértete y empieza a ejercitar tus músculos estilísticos, o llama a los estilistas expertos para que te ayuden a contar tu historia de estilo legal.