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Parece que ciertos derechos ya habían perdido su fuerza en la era de la Covid 19. La Covid19 es, con mucho, el acontecimiento más importante que ha ocurrido en todo el mundo en la era moderna

Se han perdido muchas vidas en todas partes, las economías se están desmoronando y los países llevan meses bloqueados. Cuando hay caos en todas partes, ¿qué ocurre cuando hay una solución que requiere la aceptación del que la toma?

Esa es la vacuna Covid19, "la solución para este caos". Todos los países están intentando hacerse con las diferentes vacunas, pero hasta ahora hay mucha gente que se muestra escéptica a probar cualquier vacuna porque sienten que serían los sujetos de este experimento mundial. 

A modo de revelación, yo probé la vacuna de Pfizer y, a día de hoy, no he tenido ningún efecto secundario. Tuve la oportunidad de vacunarme gracias a mi trabajo. Trabajo como asistente jurídico en el ámbito de la salud y, cuando se presentó la oportunidad, no dudé en aprovecharla. Sin embargo, hay mucha gente que no quiere probar la vacuna, y que finalmente va a ser discriminada por la posibilidad de contagio. 

Leí hace unos días en el New York Times que algunos países están considerando la posibilidad de emitir un Pase Covid19 o Pasaporte Covid19, esto puede ser algo así como un DNI o una App. También escuché en la radio que los estudiantes en NYC no volverían a la escuela hasta que "todos" los profesores se vacunen. Y justo hoy, está saliendo en todas las noticias que los partidarios de Donald Trump no quieren probar la vacuna. Todo esto me llevó a pensar "¿Es la vacuna Covid19 el próximo factor que separa a las personas?". Yo creo que sí.

Pronto tendremos que esperar que se discrimine a las personas que no consientan en tomar la vacuna. Los países van a exigir que la gente se vacune según la política de salud pública. Este factor puede ser importante a la hora de viajar o para mantener un trabajo. Me imagino a los empleadores exigiendo a los empleados que se vacunen para ciertos trabajos, así como a las personas que pierden sus empleos porque tienen demasiado miedo de probar la vacuna, ya sea porque su religión no la acepta, o porque otra creencia.

Se producirían choques entre los derechos individuales y la política de salud pública. Puedo ver a los caseros exigiendo a los inquilinos que se vacunen, como a los edificios públicos y espacios concurridos exigiéndolo. Estamos en la era Covid19, donde las muertes se siguen contando, y el bienestar se ha convertido en una prioridad absoluta. Veremos cómo evoluciona esta situación, pero hay mucho más por delante en el ámbito legal que considerar a medida que esta situación continúe. Hazme saber lo que piensas de esto en los comentarios de abajo.