Dana Denis-Smith: "Las mujeres pueden aceptar ser mayoría en la profesión jurídica"
1. ¿Qué le animó a crear la plataforma "First 100 Years"?
Desde que empecé a trabajar en la abogacía en 2005, me resultaba difícil entender el contexto en el que las mujeres no avanzaban en la profesión; por alguna razón, los avances siempre iban a paso de tortuga, pero nadie era capaz de explicar lo que estaba ocurriendo. Un día, en noviembre de 2013, me encontré con una fotografía de 1982 que realmente me impactó: mostraba a un grupo de socios de un bufete de abogados de una ciudad global, de 60 personas aproximadamente, sólo una era mujer. Esto me hizo emprender un viaje de descubrimiento para descubrir que las mujeres no eran consideradas "personas" por los organismos profesionales y que no se les permitía afiliarse y cualificarse. En 1919, el Parlamento británico aprobó por fin una legislación que abría las profesiones a las mujeres. En marzo de 2014 lancé la campaña como un proyecto de 5 años para celebrar el pasado y así cambiar el futuro de las mujeres en el derecho, compartiendo historias de pioneras jurídicas olvidadas hace tiempo, registrando las historias de nuestra actual generación de "primeras" y transmitiendo un legado positivo de modelos y logros a las generaciones venideras.
2. ¿Qué debe cambiar en el sector jurídico para que el papel de las mujeres abogadas sea plenamente reconocido?
Diría que tenemos que empezar por centrarnos en menos cuestiones, no en todas al mismo tiempo.
Pero empezaría diciendo que las mujeres pueden aceptar ser mayoría en la profesión jurídica y empezar a forzar cambios basados en sus necesidades como mayoría. Se trata de una brecha de percepción: sabemos que hay más mujeres que estudian derecho, que se cualifican en la profesión jurídica y, sin embargo, sentimos que no podemos controlar nuestro propio destino. Hay dos cambios que yo introduciría: hacer cumplir realmente la igualdad salarial para garantizar que los ingresos de las mujeres les proporcionen opciones en cuanto a la organización de los cuidados y, por lo tanto, puedan seguir permaneciendo en la profesión jurídica y no abandonarla. El 40-50% de diferencia salarial entre hombres y mujeres que algunos despachos siguen declarando en 2021 es una mancha en nuestra profesión y puede abordarse mediante un cuidadoso seguimiento y ajuste; no permitir que la diferencia aumente requiere un compromiso y el deseo de utilizar dinero en efectivo para tapar la brecha. El segundo cambio que yo introduciría, durante un breve periodo de tiempo, son las cuotas en los puestos de liderazgo en toda la profesión jurídica - necesitamos que las mujeres no se incorporen a los consejos de administración o a los puestos de liderazgo siendo la única mujer, sino en grupos para permitir que algunas de ellas tengan éxito y otras fracasen, al igual que ocurre con los hombres. A las mujeres se les exige un mayor nivel de exigencia y eso hace que tomen decisiones drásticas para abandonar por completo antes que seguir sintiéndose infravaloradas e incapaces de alcanzar sus objetivos. Ambos cambios son estructurales y tardaremos mucho tiempo en que el cambio se produzca sin forzarlo.
3. ¿Cree que es difícil para las mujeres ascender en la carrera profesional en los despachos de abogados debido a situaciones como la maternidad?
No creo que la maternidad sea la razón principal por la que las mujeres no tienen una carrera completa en la abogacía: la falta de trabajo flexible, la visibilidad a largo plazo de cómo pueden progresar, la planificación de la sucesión por parte de los responsables de la gestión de los despachos, incluyendo a las mujeres, y el hecho de que se les diga lo que se necesita para llegar al nivel de socio para que puedan planificar en torno a los compromisos familiares, son todos factores que deben tenerse en cuenta. Las organizaciones preparan a las mujeres para fracasar en lugar de tener éxito desde el momento en que entran como aprendices, ya que colocan a las mujeres con abogados menos influyentes, por ejemplo, o se las considera menos comprometidas y no se les da el tipo de trabajo adecuado para que puedan prosperar. Me temo que no es sólo el hecho de sostener al bebé lo que afecta a las mujeres a la hora de ascender, sino quién maneja los hilos y quién tiene la capacidad de influir en el resultado en los próximos años.
4. Su plataforma organizará una entrega de premios online el 3 de noviembre. ¿Qué perfil de abogadas queréis premiar?
Cada año, durante los últimos 6 años, organizamos nuestros Premios a las Mujeres Inspiradoras del Derecho: fuimos de los primeros en centrarnos en crear modelos de conducta para nuestra generación actual en todos los aspectos de la profesión jurídica: desde despachos, abogados, hasta jueces y abogados internos. Siempre buscamos personas que quieran poner en práctica sus ideas y también buscamos a aquellos que muestren una verdadera pasión por el cambio y sean capaces de respaldarlo con pruebas de lo que hacen. Este año hemos introducido algunos premios nuevos: el de asistente jurídico del año y el de mentor del año, así como el de académico jurídico, así que estoy deseando ver quién ganará este año.
5. ¿Cree que la cultura de la igualdad está influyendo en los despachos de abogados?
No. No en la realidad y hay pocos despachos que pueda poner como ejemplo de igualdad en la acción y no sólo en las palabras. No cabe duda de que hemos progresado, ya que hace 100 años las mujeres todavía no estaban cualificadas en Inglaterra y Gales; la primera mujer que se cualificó fue en 1922. Así que hemos avanzado mucho, pero la cultura de las asociaciones se basa en la igualdad en torno a los ingresos, y no en principios sociales más amplios como la igualdad. Las asociaciones están construidas para ser clubes exclusivos y mientras siga siendo así, las mujeres y las minorías tendrán dificultades.
6. ¿A qué retos se enfrentan actualmente las mujeres abogadas?
El mayor reto inmediato es la aceptación del trabajo flexible, que durante mucho tiempo ha sido la mayor barrera para el progreso de las mujeres. Si los despachos vuelven a las formas inflexibles de trabajo, que requieren tiempo presencial, eso perjudicará a las mujeres. Además, el acoso sexual sigue siendo un gran problema y ahora, más consciente de ello, me encuentro con que las mujeres son excluidas de las reuniones con clientes importantes y de las actividades de entretenimiento por parte de sus colegas masculinos por miedo a ser acusadas. Esto tendrá un impacto de liderazgo a largo plazo en las mujeres, por lo que espero que podamos detener de raíz las malas prácticas de exclusión.
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