La abogacía es una de esas profesiones en las que hace verdadera falta ser capaz de multitasking… en la universidad no te preparan para hacer de psicólogo, empatizar con tu cliente o decirle lo que necesita escuchar. Somos seres sociales y al margen de la relación laboral no se puede evitar establecer un vínculo emocional y hasta cierto punto afectivo hacia la otra persona, pero hace falta asertividad cuando se trata de un momento de difícil.

Tomaremos como ejemplo la película Historia de un Matrimonio de Noah Baumbach, estrenada en 2019 ya ha recibido multitud de premios (Oscar, Globo de Oro, BAFTA, Satellite y muchos más), -si no la has visto corre a Netflix antes de seguir leyendo porque a partir de ahora vienen muchos spoilers-. 

Charlie (Adam Driver), director de teatro, y su esposa actriz Nicole (Scarlett Johansson), llegan al final de su matrimonio, tras llevar al límite su situación personal y creativa; criar a su hijo juntos en la ciudad de Nueva York no está funcionando para Nicole, que quiere mudarse a Los Ángeles, donde vive su familia, Charlie, por su parte, está tan concentrado en su nueva obra y en el punto más alto de su carrera profesional que no puede prestar atención a otra cosa. Al principio acuerdan tener un divorcio amistoso: custodia compartida, separación equitativa e ir por caminos separados. Sin embargo, esta actitud era demasiado ingenua, cuando en realidad todo se volvió increíblemente duro y hostil, ya que terminaron en el juicio uno al lado del otro, pero nunca tan separados, perdiendo toda la confianza que habían construido el uno en el otro durante todo su matrimonio, pensando que uno ha roto el trato y está actuando de mala fe.

El argumento de la película es un desequilibrio continuo de quién tiene razón y quién está equivocado. Como espectador probablemente simpatizas con Nicole, porque ella tiene muchos más motivos para estar enfadada y harta de Charlie; pero luego su situación se vuelve más desfavorable, por lo que comienzas a sentirte mal por él. Pero entendiendo el punto de Nicole y así sucesivamente. El papel de los abogados es determinante en el desarrollo del divorcio de la pareja.

Nicole tiene mucha suerte con Nora, una abogada de familia que realmente la escucha y además de todos los consejos y servicios legales, se presenta como una amiga cercana o una hermana mayor que ya pasó por lo mismo y sabe lo que es mejor. En una escena, los dos tienen una conversación muy emotiva en la que Nicole se siente cómoda y segura para confesar todos sus pensamientos más profundos sobre su historia matrimonial. Práctica, con sentido del humor, empática y solidaria, acaba ganando el caso.

Charlie ve a varios abogados, Spitz es un hombre mayor que ha visto tantos divorcios que opta por darle el consejo de que solo se preocupe por lo que es mejor para el hijo y evite el juicio a toda costa. Este se preocupa por su cliente porque ha visto demasiados divorcios que tras el juicio tienen un final muy triste para las dos partes. Mientras que Jay es del otro tipo que quiere ir directamente al juicio para ganar a toda costa y cobrar las tarifas más altas, ni siquiera explica el proceso de divorcio con terminología fácil y detallada, como lo hizo Spitz, y solo quiere los cheques, no se molesta en preguntar a Charlie cómo se siente ni cómo podría ayudarlo a superar todo el proceso de la manera más saludable y pacífica.

Entonces, ¿qué hace que un abogado sea atento y servicial con su cliente cuando está pasando por algunas dificultades? Este malestar puede o no estar relacionado con el caso, pero aún así debes hacer tu mejor esfuerzo porque esto es lo que te hará profesional y humano.

 Si está relacionado con el caso, un buen abogado debe luchar por lo que es mejor para su cliente, con diligencia y vigor alcanzar los objetivos del cliente de manera eficiente, preocupándose por su situación personal cuando sea necesario (si se trata de problemas familiares, por ejemplo) y no solo buscando ganar a toda costa, cuando esos costos podrían dañar a tu cliente en alguna medida, recuerda que no es tu batalla sino la de él/ella.

O si él o ella está preocupado con otros asuntos, tienes que estar dispuesto a llegar a un acuerdo y ser agresivo solo cuando sea necesario. Si el cliente se siente deprimido o está lidiando con muchos problemas en su vida, lo último que él o ella necesita es respirar un ambiente negativo en tu oficina. No olvides la importancia de una comunicación clara, y poder explicar el proceso del juicio tan simple y detallado como el cliente lo precise. De esta forma ayudarás a tu cliente en los momentos difíciles, no convirtiéndote en un obstáculo más y avanzando hacia sus objetivos de forma eficiente y eficaz.