¿Cómo afrontar objetivos de larga duración?
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Los abogados son profesionales que tienen que saber gestionar su tiempo lo mejor que pueden. En determinadas jornadas han de soportar horas cargadas de tensión y, en otras, tienen mucho tiempo libre
Lo que sí que tienen que lidiar es con las operaciones y proyectos de larga duración, que tienen un aliciente de dificultad con respecto a las pequeñas tareas: constancia.
Para que las operaciones duraderas no se conviertan en una auténtica pesadilla, los expertos consideran importante tener en mente las siguientes indicaciones:
- La motivación es esencial
Está claro que, como primer paso a afrontar una operación de gran envergadura, es importante contar con una gran dosis de motivación. Existen muchos motivos por los cuales un abogado puede estar motivado ante un nuevo proyecto (logros, reputación, creatividad, conocimiento).
Lo importante es que los trabajadores se encuentren motivados, ya sea por la razón que fuera.
- Estrategia clara
Si las tareas pequeñas requieren de estrategias, también lo requerirán los grandes proyectos. Todos los trabajadores tienen que conocer los pasos a seguir y han de conocer el por qué de todas las tareas que se quieren acometer.
Una estrategia ha de tener en cuenta los posibles obstáculos que se pueden presentar y el destino que se quiere alcanzar.
- Divide y vencerás
A pesar de ser una frase hartamente repetida, su aplicación es bastante útil y práctica en la actualidad. Los abogados tienen que saber dividirse los grandes proyectos en pequeñas tareas, de tal manera que puedan ir haciendo un seguimiento pormenorizado de todos los avances que realizan.
La mentalidad del abogado suele estar adecuado a la realización rápida de pequeñas labores, por lo que este consejo puede ser muy útil.
- Calendarizar los objetivos
Calendarizar los objetivos diarios sirve de gran ayuda al comienzo de cada jornada. Fijar la extensión y el timing de cada labor es una medida inteligente, y si esta acción se lleva en sincronización entre todos los abogados de un departamento, el rendimiento aumentará exponencialmente.
- Reservar horas de trabajo
Esta es una acción muy complicada, pero a la vez conlleva muchos beneficios. Cuando un trabajador reserva unas determinadas horas a realizar una tarea fijada, ha de cumplirla independientemente de lo que ocurra (por ejemplo, si le envían una cadena nueva de correos electrónicos).
Lo importante es ser capaz de considerar qué es lo realmente urgente o no. Es por ello por lo que, al reservar unas determinadas horas, se presupone que todo cuanto se realice durante ese tiempo reservado va a ser más urgente que cualquier otra circunstancia que acontezca durante esa jornada. Obviamente existen excepciones, pero es el propio trabajador quien tiene que discernir si tiene que detener sus labores por otras que acaban de surgir.
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