Transformando el sector legal
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El sector legal se enfrenta a muchos cambios que darán lugar a nuevos retos y oportunidades para departamentos jurídicos y bufetes
El sector jurídico se enfrenta a un entorno de mercado muy dinámico con múltiples retos que afectan básicamente a todos los demás ámbitos de la empresa y la sociedad.
Tomemos el cambio climático, que conlleva un riesgo y un coste de producción crecientes debido a las condiciones meteorológicas extremas, la escasez de recursos, los problemas de suministro de energía, así como un entorno normativo que cambia rápidamente y una importancia creciente de la sostenibilidad.
Además, nos enfrentamos a un cambio político con una erosión continua del orden mundial establecido y la globalización, por un lado, y un creciente proteccionismo, por otro, lo que crea una economía más volátil con una mayor susceptibilidad a los trastornos.
Los departamentos jurídicos se encuentran atrapados en un doble molino entre los crecientes requisitos normativos, así como las operaciones de optimización de procesos y la urgencia de innovación y flexibilidad como cuestión de supervivencia de su empresa, lo que obliga a los directores generales y a los directores de operaciones a realizar un acto de equilibrio directivo diario.
Para los despachos de abogados, esto significa estar al día con las demandas de sus clientes y una amplia gama de nuevas oportunidades y desafíos para prestar servicios de asesoramiento.
Además, el cambio demográfico está conduciendo a una lucha continua por encontrar empleados cualificados, dejando al mercado legal con los efectos de grupos de referencia cada vez más individualizados, así como las generaciones Y y Z con ideas divergentes sobre el trabajo y la vida en general, así como nuevos enfoques globales de los conceptos de trabajo y modelos de carrera del futuro.
Por último, el cambio tecnológico (también conocido como Transformación Digital) actúa como una metatendencia que se solapa con los demás impulsores de la transformación y actúa como catalizador de todos ellos.
Como tal, la Transformación Digital permite ahora el acceso y el uso de datos e información anteriormente privilegiados, lo que resulta en un nivel generalmente más alto de transparencia y disponibilidad del conocimiento.
La mayor disponibilidad de potencia de cálculo más barata, tecnología más barata y fácil acceso a la financiación proporcionan finalmente los ingredientes para acortar radicalmente el ciclo de vida de Rocket Science a Commodity impactando fuertemente en la voluntad de pago de los clientes, y facilitando la entrada en el mercado de proveedores de servicios y soluciones alternativas.
La transformación digital también fomenta el deseo de los clientes de un enfoque práctico, fácil de usar y orientado a las soluciones, así como de un enfoque consistente en sus retos particulares. Esto se traduce en convertirse en factores de éxito relevantes para el trabajo de asesoramiento jurídico.
Además, el sector jurídico está entrando en una era de multi-contratación que conduce a una mayor desagregación de las tareas. Si bien la desagregación puede generar rentabilidad, también da lugar a la necesidad de nuevas formas de coordinación y colaboración, como las plataformas de colaboración.
Por último, pero no por ello menos importante, el uso de la tecnología facilita la prestación de servicios que antes se consideraban demasiado costosos, y los productos de servicios jurídicos independientes basados en la tecnología prometen superar incluso los límites de la plantilla humana, lo que supone un trastorno para un modelo de negocio profesional que hasta ahora se basaba exclusivamente en la plantilla.
La productización en el sector jurídico está ganando terreno poco a poco, lo que se traduce en un mayor nivel de escalabilidad de los servicios jurídicos, ya que estamos experimentando una "transformación inversa de los servicios" con despachos de abogados y departamentos jurídicos que buscan ampliar su cadena de valor con soluciones más productizadas y tecnologías de plataforma que ofrecen la posibilidad de nuevos lugares de mercado para la adquisición y prestación de servicios jurídicos.
En última instancia, el cambio viene de dentro, y los departamentos jurídicos están experimentando actualmente una transformación, pasando de ser bomberos reactivos a gestores y estrategas de riesgos jurídicos proactivos, convirtiéndose en socios comerciales indispensables.
Este proceso de cambio se complica por la constante presión para conseguir más eficiencia a menor coste en combinación con el aumento del riesgo legal y la complejidad y la carga de trabajo que aumenta a diario.
De ahí que el descuido de la gestión de las operaciones jurídicas y la digitalización de los procesos y servicios jurídicos acabe por suponer una amenaza de desconexión de los principales procesos de negocio de la empresa.
En el otro lado del mercado legal, el modelo de negocio tradicional de los bufetes de abogados sigue basándose en la asimetría de la información y, en última instancia, en un desequilibrio entre la experiencia de los abogados externos y sus clientes, así como en mantener a los abogados ocupados con trabajo facturable.
Ahora, la mercantilización entra en juego y la propuesta de valor tradicional basada en la asimetría de la información se pone en tela de juicio cuando los clientes están a la altura de sus abogados externos o, al menos, tienen el mismo acceso a la experiencia y los conocimientos.
Además, la adaptación de las estrategias y estructuras de los despachos a los nuevos retos incluye un trabajo no facturable, que exige el apoyo explícito de la alta dirección y el establecimiento de los incentivos adecuados.
Todo ello pone bajo presión los precios y la rentabilidad, ya que las expectativas del mercado se están orientando hacia soluciones más integradas centradas en los retos estratégicos en lugar de resolver problemas muy concretos.
Aunque muchos líderes de bufetes de abogados pueden entender la necesidad de cambiar, carecen de una estrategia clara para adaptar el modelo de negocio tradicional o establecer estructuras comerciales alternativas.
Los impulsores de la transformación también afectan a los modelos de negocio de los despachos en términos de servicios y soluciones futuras, así como en lo que respecta a la contratación y al personal. Los altos salarios y la oportunidad de participar en proyectos desafiantes ya no son incentivos suficientes para trabajar en un gran despacho comercial.
Los clientes potenciales piden cada vez más equilibrio entre la vida laboral y personal, flexibilidad, ESG y muchos otros conceptos antes desconocidos, y los bufetes de abogados tienen que dar respuestas comprensibles y creíbles más allá de los folletos de contratación, lo que afecta a la cultura de sus empresas y a los modelos de carrera, así como a sus estructuras y procesos de trabajo cotidianos.
Por último, para ser más flexibles y estar preparados para el futuro, los despachos tendrán que desarrollar conceptos y entornos sostenibles para su recurso más valioso: los conocimientos y los datos.
Todo esto da lugar a nuevos retos y oportunidades para los departamentos jurídicos y los bufetes, pero también tiene un fuerte impacto en la forma de hacer las cosas internamente y también en la colaboración entre la parte compradora y la parte vendedora. Veamos a dónde nos lleva...
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