Síndrome del abogado perfeccionista: aprende a detectarlo
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Eva Guerra, coach para abogados, habla sobre un problema que acecha a todo abogado: el perfeccionismo
¿Existe el mundo perfecto, la pareja perfecta, el trabajo perfecto? Casi todo el mundo tiene clara la respuesta: absolutamente no. Sin embargo, es muy común que nos agotemos en la búsqueda de algo que racionalmente sabemos que no existe.
La idea de perfección se ha transmitido porque eres pequeño "hazlo mejor, sé que puedo esperar de ti mucho más", "no te conformes con ser mediocre". Con esto, los profesores y los padres quieren que te esfuerces por desarrollar plenamente tu potencial, por hacer un trabajo de calidad.
Superar el perfeccionismo en la abogacía
Demasiados abogados se ven acosados por una necesidad insostenible de ser los mejores en todo lo que se les encomienda. Controlar este rasgo es esencial no sólo para el bienestar personal, sino también para el éxito profesional.
Por su naturaleza, y como demuestran repetidamente los estudios, los abogados tienden a mostrar tendencias perfeccionistas, que pueden tener, y de hecho tienen, efectos nocivos sobre el bienestar integral de la persona.
"Tenemos un pensamiento perfeccionista, a menudo no aceptamos ningún logro que sea inferior a lo que percibimos como "perfecto", y pongo perfecto entre comillas porque realmente no existe, no hay perfecto, y si lo hay un momento fugaz, es insostenible".
Creo que, como profesión, nos encontramos muy orientados a la tarea. Vamos de tarea en tarea, nos encanta marcar una casilla y pasar rápidamente a la siguiente, y nos exigimos mucho.
Así que creo que eso crea un espacio en el que medimos la productividad y la utilizamos como una insignia de honor. Utilizamos el término "ocupado": "Estoy muy ocupado, estoy muy ocupado". Estar ocupado es una insignia de honor, y creo que todo eso puede provenir de esta necesidad subyacente de ser productivo, de que nos vean como tales, porque eso proviene de un lugar en el que sentimos que tenemos que ser perfectos".
Dejar de lado el perfeccionismo en la profesión de abogado: 8 consejos
Dejar de lado el perfeccionismo no es algo que se haga de la noche a la mañana, es un proceso que lleva tiempo. Los siguientes consejos pueden ayudarte a iniciar este proceso. ¿Estás preparado para liberar el perfeccionismo? Entonces lee los siguientes consejos.
1. Baja un poco el listón
Está bien perseguir objetivos, pero si tu listón es tan alto que apenas se puede alcanzar, será mejor que lo bajes un poco. Lo bueno es suficiente. Requiere mucha energía y tiempo y conlleva mucha frustración. Sé un poco menos estricto contigo mismo, baja el listón y confórmate con lo bueno.
2. Mira el panorama general
Los perfeccionistas pueden perderse por completo en los detalles más pequeños (ya lo he hecho). No alcanzarán su objetivo. Por lo tanto, mantén la atención en el panorama general, en la visión de conjunto. ¿Qué importancia tiene ese detalle? ¿Realmente importa? ¿Es necesario ajustarlo? ¿Ya es funcional?
Ejemplo:
Si quieres construir un sitio web, pero pierdes el tiempo buscando el tipo de letra "perfecto", es una pena. Su sitio web también funciona si el tipo de letra no es todavía exactamente como le gustaría. Es mejor que se asegure de que su sitio web está en orden y puede ser utilizado, que la fuente siempre se puede ajustar.
3. Dejar de lado el perfeccionismo: aceptar las imperfecciones
Si cometía un error en mi diario, prefería arrancar la página. Hoy en día ya no lo hago, sino que intento aceptar el "error" y escribir lo que he aprendido de él en lugar de que me duela o acepte que no es exactamente como tenía pensado.
Esta es una forma de soltar el perfeccionismo. Precisamente aceptar que no es exactamente como me gustaría es lo que me hace más fácil y mejor lidiar con él. Porque el perfeccionismo es sólo una percepción, lo que es perfecto para ti no tiene por qué serlo para otra persona.
"En realidad, es mejor que te equivoques mucho, porque saber cómo no hacer algo es tan importante como saber cómo hacer algo".
Fuente: Freepik
4. Date cuenta de que el camino de los demás también puede ser bueno
¿Te da escalofríos cuando ves que alguien hace un trabajo de una manera que no te parece "buena"? Te entiendo. Yo he tenido muchos problemas con eso. Mi manera sería la mejor, pero ¿lo es?
He soltado conscientemente que la otra persona nunca lo hará a mi manera y que la manera de los demás también puede ser buena. Puede que no sea exactamente como yo lo haría, pero eso no hace que sea inmediatamente "malo".
Dejar ir que los demás hagan las cosas de forma diferente, cada uno lo hace a su manera y cuando se consigue el objetivo final, eso es siempre lo más importante.
5. Date cuenta de que son momentos de aprendizaje
Que algo no salga como esperabas no significa que sea el fin del mundo. La afirmación "se puede aprender de los errores" probablemente no te suene desconocida y realmente lo es. De hecho, es mejor que cometas muchos errores, porque saber cómo no hacer algo es tan importante como saber cómo hacerlo.
Así que no dudes en hacerlo mal, pero hazlo, experimenta y aprende de ello. Es mejor pasar a la acción y darse cuenta de que se puede hacer de otra manera, que seguir perfeccionando y al final decidir no hacer nada con ello. ¡Eso es una pena! Así que date cuenta de que cometer errores está bien y sobre todo te hace mucho más sabio.
¡Permítete cometer errores y perdónate cada día!
6. Date valor a ti mismo
Dejar atrás el perfeccionismo va acompañado de dejar atrás el aprecio de los demás. Los perfeccionistas suelen buscar el aprecio, quieren hacerlo bien, demostrar lo que saben hacer, rendir. Pero, ¿qué pasa si ya no dependes de los demás, sino que vas a darte ese aprecio a ti mismo?
Lo que haces también es bueno si los demás no dicen nada al respecto, mientras estés satisfecho es bueno. Date una palmadita en la espalda, haz las cosas sin mostrárselas a los demás y aprecia tu propio trabajo. Es maravilloso dejar de anhelar la confirmación de los demás. No se trata de lo que piense la otra persona, sino de lo que piensas tú.
Esto también se aplica a esa vocecita que pregunta constantemente: "¿Qué pensarán los demás de esto?". ¿A quién le importa? Esta es tu vida; no dejes que dependa de "lo que pensarían los demás", sino que sigue tus sentimientos y haz lo mejor para ti.
7. Cambia tus creencias
Si buscas la perfección, esto puede tener que ver con pensamientos o creencias negativas, por ejemplo:
-No puedo cometer errores
-No puedo hacer esto
-No soy lo suficientemente bueno
Pero la incertidumbre también puede influir. Si cambias esto, también podrás hacer frente a tu perfeccionismo. Permítete cometer errores y saber que eres bueno tal y como eres y empieza a creer un poco más en ti mismo. Dale la vuelta a los convencimientos anteriores y di:
-Puedo cometer errores, eso me hace más sabio
-No sé cómo, pero lo voy a hacer
-Estoy bien como estoy
Convéncete de que puedes hacerlo. Recuerda también que el mundo no se acaba cuando algo no es del todo perfecto (¿y qué es realmente perfecto?). Atrévete a confiar en que lo bueno es lo suficientemente bueno.
Para reducir la incertidumbre, puede ser útil trabajar la confianza en uno mismo. Cuanto más seguro estés de ti mismo, menos dependerás de la opinión de los demás. Confía en ti, cree en ti y sé menos estricto contigo mismo.
8. Poner un cronómetro
El perfeccionismo cuesta mucho. Muchas. Tiempo. Mucho. Lo que me ayuda es establecer un temporizador. Por ejemplo, si quiero publicar una entrada en el blog, puedo perder mucho tiempo buscando una imagen adecuada. Es una pena, porque es mejor que aproveche ese tiempo.
Lo que hago ahora es ponerme un tiempo determinado, en el momento en que suene el temporizador debería estar listo. Por supuesto, a veces ocurre que necesito un poco más de tiempo, pero sobre todo es una bonita toma de conciencia. Te das cuenta del tiempo y te recuerdas el tiempo que llevas trabajando en algo.
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