Orígenes de la abogacía: el juicio de la bella Friné
Se suele decir que la prostitución es la profesión más antigua, pero resulta que las primeras referencias son de la abogacía. En este artículo no sólo veremos un relato histórico, sino uno de los posibles orígenes de la abogacía.
Friné fue célebre en la Antigua Grecia por su belleza, provenía de una familia humilde que huyó a Atenas cuando los tebanos destruyeron su ciudad. Después de hizo rica y financió la reconstrucción de las murallas donde inscribieron las palabras «Destruida por Alejandro, restaurada por Friné la cortesana». Aunque su verdadero nombre era Μνησαρέτη (conmemoración a la virtud), le apodaban Φρύνη (sapo) en referencia a su piel aceitunada. En la polis conoció al más renombrado escultor Praxíteles, de quién se convirtió en amante y modelo-musa, por ejemplo de la Afrodita de Cnido que fue el primer desnudo de mujer en Grecia. También inspiró a pintores como Apeles que se inspiró en Friné con el pelo suelto adentrándose desnuda al mar en una fiesta. Y el escritor (retórico) Ateneo, gracias a quien nos han llegado todas sus anécdotas.
La bella Friné fue acusada de inmoralidad o impiedad, dependiendo de la fuente, y su juicio acabó siendo el evento más conocido de su vida. Por esto mismo fue condenado a muerte Sócrates, Friné por su parte tuvo más suerte y se salvó de la condena… gracias a su belleza o a un buen abogado. Un tratado anónimo resume más específicamente sus acusaciones: que tenía un "komos desvergonzado" (se entiende como sentido del humor), que introdujo un nuevo dios, y que organizó thiasoi ilegales (un séquito conformado preeminentemente por ménades, compañeras y partícipes de las orgías protagonizadas por Dioniso).
Eutias, uno de sus antiguos amantes fue quien presentó el caso, pues tenía una disputa con Hipérides, el nuevo amante de Friné y uno de los diez oradores áticos más talentosos, por un decreto que había introducido con el que no estaba de acuerdo. Hipérides se convirtió así en el abogado defensor de Friné, y quizás el primero de la profesión que guarda constancia. En la democracia griega, el areópago (justicia popular) estaba formada por un gran número de ciudadanos que iban cambiando aleatoriamente, y ambas partes debían relatar su versión sin la intervención de un tercero, los abogados estaban prohibidos pues su oratoria podría seducir a los jueces, aunque la ley de Solón, por la que los hombres debían defenderse a sí mismos, no era aplicable a las mujeres.
Hipérides dio el mejor discurso de su vida en defensa de Friné, su intervención fue conmovedora. Sin embargo, el jurado no absolvió a la mujer hasta que su abogado empleó la última de sus ideas: la desnudó de sus vestimentas dejando a la vista su cuerpo. La belleza de Friné era tal, una Afrodita, que el jurado quedó embelesado y consideró que algo tan divino no podía ser condenado a muerte, por lo que Friné y Hipérides ganaron el juicio frente a Eutias, quien no volvió a hablar en público.
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