Legal project management (LPM) es el enfoque estratégico que cualquier despacho de abogados debe incorporar a sus servicios. Se basa adaptar técnicas de gestión de proyectos usadas en otras ramas empresariales al sector legal con el objetivo de adoptar nuevos modelos operativos que optimicen los costes de los servicios de los bufetes.

Es necesario que los abogados desempeñen un rol de gerente de proyecto o que participen en un equipo para lograrlo. Aquí interviene el Legal Project Management, que ayuda a las empresas a ser más competitivas, ahorrando en tiempo y costes,  al potenciar las habilidades de sus profesionales y ofreciendo un servicio más eficiente a los clientes.

A la hora de aplicar este método lo primero que debe hacer cualquier despacho es definir cuáles son sus objetivos y el alcance que desea tener para poder planificar el proyecto a realizar. Establece el presupuesto, un organigrama y los parámetros de dotación de personal. Una vez llegado a este punto, el bufete está listo para ejecutar el proyecto a realizar, pero deberá mantener una revisión y evaluación constante de los resultados para verificar que los objetivos se cumplen,

Aplicar LPM trae consigo beneficios que cualquier empresa debería tener en cuenta si desea seguir creciendo. Pues, se mejoran los procesos de planificación al conocer los recursos disponibles para cada tarea y los plazos en los que los abogados deben cumplirlas. De esta manera, se generan espacios para cumplir otras y los tiempos de entregan son optimizados.

Permite anticipar posibles riesgos y corregir errores durante el desarrollo del proyecto al a la vez que se miden las posibilidades de éxito o fracaso. Pero las ventajas también se extrapolan a la relación entre cliente y abogado, ya que facilita la comunicación entre ambas partes al permitir que el letrado mantenga siempre informado a su cliente sobre los avances del caso.

Las mejores prácticas

No siempre se consiguen alcanzar los objetivos fijados en un proyecto, resultando frustrante para todos los miembros del equipo que han invertido tiempo y recursos en su participación. Hay que intentar asegurar alcanzar el éxito en lo que se trabaja, por ello, los equipos legales deben aplicar algunas de las mejores prácticas de Legal project management para administrar sus proyectos de manera eficiente.

Comprenderlos objetivos que desea alcanzar el cliente y comunicárselos a los miembros del equipo permitirá entregar un trabajo de calidad, para ello debe existir tanto comunicación interna como externa, es decir, entre los quienes realizan los servicios y  entre las partes interesadas.

Si un proyecto está compuesto por varias personas, lo más normal es que cada miembro tenga asignada una tarea concreta a la que dedicar tiempo pero también es imprescindible que esté informado en todo momento de los avances de las otras partes para que no haya descoordinación. Además, es bueno que una segunda persona del equipo verifique cada componente con el objetivo de asegurar que no se de ningún error. Esto asegurará la calidad en el proceso.

Como ya se ha mencionado, cada miembro tendrá asignada una tarea concreta. El encargado o encargada de gestionar la financiación, es decir, el presupuesto y monitorizar los gastos durante el proyecto tendrá la misión de asegurar que este es económicamente viable. No hay que olvidar que un despacho de abogados no deja de ser una empresa y, como toda empresa, si un producto no es rentable perjudicará a todos los trabajadores.

Hay que aprovechar todas las oportunidades que ofrece la tecnología en el sector legal. Las herramientas digitales como los softwares centralizan el acceso a la documentación, resultando ser una solución de administración que ahorra tiempo y recursos.