El mundo del deporte ha mostrado su dolor cuando se han producido acontecimientos trágicos, pero, por regla general, los deportistas no pueden protestar por ningún motivo a través de las protestas o portando ningún eslogan.

Tras la muerte del americano George Floyd, una ola de manifestaciones contra el racismo se ha extendido a muchos países del mundo. Ninguna competición oficial permite a los atletas protestar, en este caso de protestar de rodillas.

Los Juegos de la Commonwealth confirmaron el jueves que permitirán a los atletas arrodillarse en protesta dentro de las instalaciones deportivas en su edición de 2022 en Birmingham, Inglaterra.

"El movimiento está desafiando a todas las instituciones a mirar realmente introspectivamente lo que podemos hacer para ser más justos, más libres, tener más igualdad. El deporte no es diferente", dijo el director ejecutivo de los Juegos de la Commonwealth, David Grevemberg. "Tal vez tenemos más responsabilidad debido a la historia compartida de la Commonwealth, por lo que tenemos que encontrar soluciones que no construyan muros sino que construyan puentes.

Por otra parte, en otras competiciones similares, como los Juegos Olímpicos, las acciones de protesta de los atletas están prohibidas. En particular, el Comité Olímpico Internacional (COI) prohíbe las protestas y manifestaciones durante los Juegos en las sedes olímpicas, así como en los lugares donde se celebrarán los eventos deportivos, las residencias olímpicas o durante las ceremonias.

¿Qué constituye una protesta?

El COI emitió una declaración de tres páginas (Rule 50 Guidelines) en enero de 2020 explicando qué gestos se consideran protestas, incluyendo los siguientes: 

- Mostrar cualquier mensaje político, incluyendo signos o brazaletes.

- Gestos de naturaleza política, como un gesto con la mano o arrodillarse.

- Negarse a seguir el protocolo de las ceremonias. 

"En conclusión, estas directrices han sido desarrolladas con el objetivo de que todos y cada uno de ustedes puedan disfrutar de la experiencia de los Juegos Olímpicos sin ninguna interrupción divisiva", termina el comunicado.

Grevemberg recuerda que no es la primera vez que habrá protestas en unos Juegos del Commonwealth, citando el ejemplo de la velocista Cathy Freeman en los Juegos de 1994, cuando mostró una bandera aborigen australiana después de ganar sus carreras de 200 y 400 metros. Ella mostró de nuevo la bandera aborigen en los Juegos Olímpicos de Sydney de 2000.

El último caso conocido de arrodillamiento durante una competición internacional ocurrió en agosto de 2019 en los Juegos Panamericanos de Perú, cuando el esgrimista estadounidense Imboden se arrodilló después de recibir su medalla.