Conforme avanza el conflicto ruso-ucraniano, con ello el crecimiento del uso de la fuerza y todo lo que esto conlleva a niveles humanitarios y geopolíticos, se han desarrollado también distintas medidas coercitivas como respuesta por parte del resto de la comunidad internacional. El resto de Europa y occidente, están prácticamente en su totalidad de parte de los ucranianos, pero (en consecuencia) bajo duras amenazas del Kremlin; intervenir militarmente en territorio fronterizo no es una opción viable, tampoco lo es hacerle partícipe de organizaciones como la UE o la OTAN.

Por lo tanto, con el propósito de condenar esta invasión de carácter ilegal, la solución preferida ha sido llevar a cabo una intransigente represión económica contra Rusia. Se han visto sanciones en multitud de ámbitos como, por ejemplo, de tipo comercial, diplomático, financiero, cultural, deportivo, etc. Y parece que ha resultado ser un contraataque eficaz, pues el país ha visto una caída en picado del valor de su moneda, al tiempo de un fuerte impacto sobre su bolsa bursátil y sólidas complicaciones para la gestión de sus exportaciones con Europa y EEUU. No obstante, cabe mencionar por otro lado, que estas medidas han tenido también consecuencias no tan deseables en el marco social… digamos que no parece tan justo que el pueblo ruso pague tan caro las malas decisiones de su líder.

Ahora veremos en concreto la reacción que han tenido algunas firmas de abogados, cómo han procurado ayuda a los refugiados ucranianos o, en cambio, han optado por cortar lazos con clientes rusos para frenar su capacidad de influencia a escala global.

 En primer lugar, tenemos el caso destacable de Norton Rose Fulbright’s (NRF’s). Partiendo de las bases en que normalmente (más bien, históricamente) las firmas de abogados líderes han optado por no posicionarse sobre los asuntos públicos o al menos hacerlo de una forma menos pronunciada, y en que hubo un memorando previo en The Lawyer para que los abogados no emitiesen juicios propios sobre las sanciones rusas.

El equipo de NRF’s finalmente, ha optado por oponerse pública e inequívocamente a la invasión rusa, a través de una declaración en LinkedIn, animando a demás firmas a hacer lo mismo, incluso añadiendo que “Seguimos profundamente conmocionados y entristecidos por los trágicos acontecimientos que se desarrollan en Ucrania y apoyamos todos los esfuerzos para poner fin a esta guerra”.

Más aún, la firma NRF’s ha reconocido estar haciendo los ajustes apropiados para cumplir con todas las sanciones y las nuevas leyes, aunque tengan que suspender algunas de sus relaciones con clientes, por último, teniendo en cuenta su preocupación adicional al tener oficina en Moscú.

 La firma Paul Weiss también ha condenado la invasión por parte de las fuerzas rusas y se ha posicionado en favor de Ucrania, aumentando sus servicios pro bono y aportando donaciones a varias ONG como el Comité Internacional de Rescate, la Cruz Roja de Ucrania, el Alivio de Crisis de la ONU y el Proyecto Esperanza.

Paul Weiss también alienta a su personal y abogados a donar de forma independiente, señalando que tiene una política para igualar las donaciones hasta $1,500.

Su presidente Brad Karp ha recordado el gran esfuerzo que ya realizaron los abogados de Paul Weiss para proteger a los judíos de Europa durante la Segunda Guerra Mundial cambiando la política estadounidense hacia la inmigración y haciendo arreglos para que decenas de miles de judíos europeos aseguraran un refugio seguro en Estados Unidos.

Y ahora se está asociando con expertos en servicios legales de inmigración para ayudar a satisfacer esta necesidad de asistencia legal, incluida la selección de personas para cualquier alivio especial de inmigración que esté disponible.

 Greenberg Traurig, se ha mostrado también solidaria con Ucrania, de acuerdo a las palabras de su presidente ejecutivo Richard Rosenbaum "Como hemos visto la lucha increíblemente valiente que está librando el pueblo ucraniano en las calles de sus ciudades para proteger sus hogares, sus hijos y su libertad, también vemos esto como un momento decisivo para la libertad, la democracia y la justicia en todo el mundo. Como abogados, no solo es nuestro derecho, sino también nuestro deber hablar y hacer más".

La firma ha hecho una donación de $1 millón mediante su fondo de caridad y alentado a su personal a aportar donaciones personales que también igualarán hasta otro millón de dólares. Y trabajarán con consistencia desde su oficina de Varsovia para brindar importantes servicios legales pro bono coordinados, así como ayuda humanitaria, tanto como abogados individuales y personal, como una firma unificada en todo el mundo.

Crowell & Moring también ha expresado su deseo de ayudar a los ucranianos, aunque reconocen que todavía no han visto gran demanda para sus pro bonos, esperan que aumenten en los próximos días. Varios de sus abogados ya han expresado interés en ofrecer servicios pro bono similares al trabajo que hicieron para los refugiados afganos el año pasado cuando Estados Unidos retiró sus tropas. Muy similar ha sido la acción de la firma Ropes & Gray.

La medida más común, llevada acabo por grandes firmas como Baker McKenzie, Sidley Austin, o Venable, ha consistido en cortar lazos con clientes rusos de acuerdo a las sanciones.

Por último, cabe destacar que la firma estadounidense Covington & Burling ha sido la elegida por Ucrania para presentar cargos contra Rusia en el Tribunal Internacional de Justica en La Haya, defendiendo que la acusación de genocidio sobre población rusa residente en el territorio ucraniano de Donbas es falsa, y pidiendo el cese de los ataques armados, que ya han supuesto las vidas de cientos de civiles entre ellos menores. En el pasado, esta firma ya representó a Ucrania en el mismo tribunal y consiguiendo la victoria, también frente a Rusia por violaciones por parte del Convenio Internacional para la Represión de la Financiación del Terrorismo ("ICSFT") y el Convenio Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial ("CERD").